Primero fue un atentado contra el oleoducto Caño-Limón Coveñas, el número 47 en lo que va corrido del 2017, y luego un ataque contra los infantes de marina que prestaban su servicio en una base fluvial en Arauca, dejando a tres heridos y uno desaparecido. Hoy, el último día del tercer ciclo de diálogos, se esperaba tener listo un acuerdo para un cese al fuego entre las partes que coincidiera con la visita del papa Francisco, pero las esperanzas se agotan.
Ayer el vicepresidente, Óscar Naranjo, evitó referirse a este punto en una rueda de prensa. «Francamente no quiero emitir opinión, no quiero generar expectativas», dijo.
Sin embargo, la Iglesia cree que en la Semana por la Paz (que se realizará del 3 al 10 de septiembre) hay una gran oportunidad para que el Eln y el Gobierno den el anuncio.
“En la visita del Santo Padre el Eln y el Gobierno podría dar el paso grande de declarar el cese al fuego y de hostilidades”, manifestó Monseñor Héctor Fabio Henao.
Otro impulso que recibieron este jueves fue la visita de las víctimas del conflicto, quienes viajaron a Quito para discutir en la mesa de diálogos un acuerdo humanitario.
La «propuesta de acuerdo humanitario YA en el Chocó» fue elaborado por comunidades de esa región del país con apoyo de la Iglesia católica y organismos internacionales, «pidiendo que cese el conflicto en este departamento».
Una vez la comunidad hizo público el documento, fue enviada una solicitud a la mesa de diálogos en Ecuador para escuchar a algunos de los firmantes exponer sus situaciones y manifestar sus deseos de que el conflicto disminuya en esta región que históricamente ha sufrido los rigores de la guerra.
«La mesa de diálogos para la paz de Colombia saluda y valora de manera especial el trabajo que han hecho todas las comunidades en busca de un desescalamiento del conflicto para las poblaciones que habitan en Chocó», indicaron desde Quito después de la reunión.
Compromisos del Eln
La posibilidad de un cese al fuego se complica aún más cuando la guerrilla del Eln hace énfasis en los compromisos fallidos por parte del Gobierno.
Mientras el Estado les pide a ellos el cese de hostilidades, la guerrilla pide medidas que garanticen la seguridad de líderes sociales en el país.
“De nuestra parte estamos en disposición de contribuir de manera activa a este cese y a suspender temporalmente distintas acciones propias de la guerra de guerrillas. Aún así, el gobierno no concede los requisitos mínimos que le corresponden para que el acuerdo se pueda concretar”, afirmaron en su último comunicado.
Así, solo se espera que este 1 de septiembre se escuche una buena noticia desde Quito y que a la llegada del Sumo Pontífice a Colombia sea recibido con un mensaje positivo.