El jefe de la delegación del Gobierno en los diálogos de paz con el Eln, Juan Camilo Restrepo, rechazó el reciente atentado al oleoducto Caño Limón Coveñas, un ataque que coincide con el final de la tercera ronda de diálogo con esa guerrilla en Quito.
«En este momento, en que en la mesa de Quito se discute la posibilidad de acordar un cese al fuego bilateral y temporal entre las partes, es de la mayor importancia resaltar la necesidad de que dicho cese al fuego esté acompañado de un cese de hostilidades como, entre otros, los ataques a la infraestructura», advierte Restrepo en un comunicado.
El ataque al oleoducto, en el noreste de Colombia, ha sido atribuido al Eln y obligó a suspender el bombeo y a activar un plan de contingencia.
Al notificar de los hechos a los consejos municipales, departamentales y las autoridades ambientales, la petrolera colombiana Ecopetrol advirtió que «enfáticamente» que estas acciones «ponen en riesgo la integridad de las personas, afectan gravemente el medioambiente y a las comunidades vecinas».
A esos efectos, el jefe negociador manifestó que «contaminar fuentes de agua (..) es la forma más degradada de practicar el terrorismo contra la población civil» y que este suceso ilustra la necesidad de que, en caso de llegar a un cese al fuego bilateral con el Eln, sea indispensable que cesen las hostilidades contra la población civil no combatiente.
En un encuentro el lunes con el presidente Lenín Moreno, las partes negociadoras anunciaron su deseo de llegar a un acuerdo de cese de las hostilidades antes de la llegada del papa Francisco a Colombia, aunque por el momento se desconoce si alcanzarán a hacerlo.
En principio, la tercera ronda de diálogo debe terminar mañana.
Restrepo también ha expresado su solidaridad con las cerca de dos mil personas de esa zona de Colombia que se ha visto afectada nuevamente por un ataque de este tipo y espera que los graves daños ambientales causados puedan ser solucionados lo antes posible.