Esta decisión, advierte en su misiva, tendría consecuencias desastrosas para el proceso de paz con Israel, la viabilidad de la solución de dos Estados y la estabilidad y seguridad de toda la región, informó hoy la agencia oficial palestina Wafa.
Durante su campaña electoral, Trump anunció que trasladaría la embajada del país a Jerusalén, una decisión que sería interpretada como la aceptación por parte de Washington de la ocupación israelí de la parte palestina de la ciudad.
Además de a Trump, Abás envió textos similares a los presidentes de Rusia, China y Francia, a la canciller alemana, al primer ministro del Reino Unido, al presidente de la Unión Europea, al Movimiento de los No Alineados, al secretario general de la Liga Árabe, a la Unión Africana y a la Organización de Cooperación Islámica.
A todos ellos les pide que no escatimen esfuerzos para impedir el traslado.
La semana pasada, Abás aseguró que instalar la embajada estadounidense en Jerusalén supondría una «agresión» y cruzar una «línea roja» inaceptable.
«Hemos escuchado muchas declaraciones sobre el traslado de la embajada de EEUU. Esperamos que no sea verdad ni se implemente. Pero, de llevarse a cabo, entonces el proceso de paz en Oriente Medio e incluso la paz en el mundo estarían en una crisis de la que no seríamos capaces de salir», alertó, e invitó al dirigente estadounidense a visitar Palestina el próximo año.
Uno de sus asesores, Mahmud al Habash, se expresó en términos más duros y calificó el posible traslado de la legación diplomática como una «declaración de guerra a los musulmanes», advirtiendo de que «todo puede hundirse» si se produce.
Los palestinos han lanzado una campaña para impedir este paso tras la llegada de Trump a la Casa Blanca el 20 de enero, y varios representantes han insistido en que este asunto no solo tendrá repercusiones a nivel local, sino en todo el mundo árabe.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina y jefe negociador, Saeb Erekat, también condenó este fin de semana la promesa y advirtió: «Si hace lo que ha dicho, tendremos que dar por muerto el proceso de paz».
A día de hoy, ningún país tiene su embajada en Jerusalén, todas se ubican en Tel Aviv o localidades cercanas, ya que, si bien Israel considera Jerusalén su capital, la comunidad internacional no lo acepta porque rechaza la ocupación y posterior anexión de la parte este de la ciudad.