El presidente Juan Manuel Santos, rechazó hacer un nuevo plebiscito sobre los cambios en el acuerdo de paz con las Farc porque sería «polarizar de nuevo a la población colombiana» y como jefe del Estado considera que tiene que evitarlo.
El presidente colombiano sometió el pasado 2 de octubre a un plebiscito el acuerdo de paz alcanzado por su Gobierno y la guerrilla de las Farc, que, contra su pronóstico, fue rechazado por un escaso margen de votos.
Entonces, las partes hicieron modificaciones para recoger las peticiones de los opositores, que han sido aprobadas por el Congreso pero no sometidas al voto popular.
Santos, de visita en España, después de recibir la semana pasada el premio Nobel de la Paz en Oslo, reconoce que «es mucho más difícil hacer la paz que la guerra» porque es necesario a «más habilidad y perseverancia» e implica «aprender a perdonar y cambiar los corazones».
El mandatario colombiano también evitó retomar la discusión dialéctica con su antecesor en la Presidencia, Álvaro Uribe, un claro oponente a los acuerdos de paz: «No quiero polemizar con Uribe, sino implementar los acuerdos», destacó, al atribuir a razones políticas muchas de las críticas que ha recibido durante el proceso de diálogo con la guerrilla.
Afirma que el nuevo acuerdo tiene el apoyo «de la inmensa mayoría» de los colombianos, aunque reconoce que hay un sector que son los del «nunca» estarán de acuerdo. «Hay que convivir con ellos», por eso rechazó hacer un nuevo plebiscito.
Y sobre la caída de su popularidad, considera que nunca ha gobernado «para estar bien en las encuestas» y que «si hubiera pensado en la popularidad no lo habría iniciado (el proceso de paz)».
Por último, insistió en que los «vencedores» son los colombianos, después de 52 años de conflicto armado y de millones de víctimas, al destacar que éstas le han dado una «gran lección de vida» al ser las «más generosas» y «más abiertas a perdonar».