El presidente Juan Manuel Santos, reconoció que ha «habido momentos de tensión» en la negociación de un nuevo acuerdo de paz con las FARC pero afirmó que ya se han logrado avances en algunos de los temas que generan fricción.
«A pesar de la voluntad expresa de ambas partes para buscar acuerdos que incorporen las propuestas recibidas, ha habido momentos de tensión y de dificultad. Es normal», dijo Santos en una alocución en la Casa de Nariño.
Los acuerdos alcanzados se basan en «los avances logrados para ajustar y robustecer el acuerdo, en línea con las propuestas recibidas de todos los sectores» que mostraron su oposición al acuerdo de paz.
En materia de desarrollo rural, primer punto del acuerdo de paz firmado con las FARC el 26 de septiembre y rechazado en el plebiscito del 2 de octubre, «se precisó que los programas para los campesinos incluyan actividades como la agroindustria o el turismo para generar empleo y oportunidades en el posconflicto».
«El papel de las autoridades locales en la implementación del acuerdo fue reiterado y fortalecido, como parte del respeto a nuestra institucionalidad«, agregó el mandatario.
Por ello, se mantiene «vivo» el compromiso con el campo «a través de una política de recuperación de la familia campesina, que impulse el acceso equitativo a la tierra y que cree condiciones de vida digna».
El gobernante recordó que en el primer acuerdo «se había dado un paso inmenso en la lucha contra el problema mundial de la droga», ya que las FARC se comprometieron a «romper todo vínculo con él y a cooperar en la superación de ese fenómeno».
«Ahora, en el nuevo acuerdo se ha logrado concretar esa cooperación para que sea más clara y eficaz», agregó el presidente, que no dio detalles sobre cómo será esa colaboración.
Para atacar «de manera más efectiva» el problema del consumo de drogas, Santos explicó que «se robustece el papel de la familia y de los grupos religiosos en la política de prevención y atención a los consumidores», si bien tampoco pormenorizó en ese punto.
También se refirió a la denominada «ideología de género», una de las críticas de los sectores más conservadores de la sociedad colombiana, al subrayar que lo que se reflejó en el acuerdo es «el enfoque de género».
«Lo que se busca es reconocer el mayor impacto del conflicto sobre la mujer, sus derechos como víctima y su papel para la reconciliación», apostilló el jefe de Estado.
Asimismo, subrayó que le ha explicado a los opositores que «la familia es el núcleo de la sociedad» y que las discusiones «sobre el matrimonio no hacen ni harán parte del acuerdo» de paz.
Por último, Santos comentó que «frente al tema fundamental de la justicia» han propuesto «una mayor participación de las víctimas en la mesa para satisfacer sus propuestas de ajuste al acuerdo».
De este modo, consideró que «el proceso de ajuste y revisión del acuerdo sigue avanzando, siempre usando y defendiendo las propuestas recibidas para ese fin».
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