Los niños que permanecen atrapados en Idomeni han pedido que abran las fronteras para poder continuar su camino. Casi 4.000 niños están atrapados en la localidad griega, y los voluntarios que trabajan con los refugiados en el terreno advierten de las consecuencias negativas que puede tener sobre estos niños el estrés al que están sometidos y la violencia que están viviendo.