En la última semana la administración municipal, a través de la Secretaría de Cultura, lanzó varios experimentos con los que busca analizar los comportamientos de los medellinenses, partiendo de la premisa que no hay ciudadanos buenos ni malos. Además, pretende demostrar que existe un compromiso silencioso de miles de personas que con sus acciones contribuyen a la sana convivencia.
Entre los experimentos se encuentra uno que ha llamado poderosamente la atención de los ciudadanos, se trata de la ‘Tienda de la Confianza’. Como su nombre lo indica, es una pequeña tienda móvil, que está surtida con productos del consumo diario como papas fritas, chocorramo, chicles y una variedad de galletas, todas con un mismo valor de $1000.
Lo llamativo es que es una tienda que no tiene quién la atienda, es autoservicio en todo sentido, pues las personas deben seleccionar el producto, pagar y si no tienen el dinero exacto, darse vueltas.
Santiago Silva Jaramillo, subsecretario de la Secretaría de Cultura de Medellín, explicó que esta idea nació como parte de una estrategia de Cultura ciudadana denominada ‘Ciudadanos como vos’, que pretende resaltar las buenas acciones de las personas.
“Es todo un ejercicio de experimentos sociales que buscan reportar y conocer los comportamientos y las visiones de las personas. La Tienda de la Confianza, es un experimento en el que dejamos abierta la posibilidad de pago, nosotros no vigilamos, ni estamos cerca. Esas tiendas se dejan ahí abiertas en lugares de alto flujo de personas y al final de la jornada hacemos cálculos de cómo nos fue en los pagos del día”, reveló Silva.
Con este experimento puntual, Silva afirma que es una demostración de confianza de la Alcaldía, ya que ubican esta tienda con sus productos, confiando en que los ciudadanos van a tomar la mejor decisión.
Balance de la tienda
Durante la primera semana la Tienda de la Confianza estuvo ubicada en seis diferentes puntos en el Centro Administrativo La Alpujarra y el balance de la primera semana reportó que se vendieron 600 productos y el porcentaje de pago fue del 93%; es decir, que 42 productos no fueron cancelados.
“Ese porcentaje es mucho más alto del que estábamos esperando, incluso, con respecto a este tipo de experimentos similares en otros países, los porcentajes están sobre el 80 u 85%, entonces estamos bastante bien y nos ha dejado muy contentos respecto al pago directo”, indicó el funcionario.
Otro indicador que se está midiendo en este experimento es la interacción con los ciudadanos y según el subsecretario, ha sido muy positiva. Han recibido mensajes destacando el ejercicio y “más de diez empresas de Medellín nos han contactado para instalar tiendas en sus organizaciones”.
La cultura de la legalidad
Uno de los aspectos que genera inquietud es la fama que el colombiano tiene respecto a que siempre quiere sacar ventaja o que aplica el adagio popular que reza: “el vivo vive del bobo”.
Al respecto Silva considera que “Medellín ha cargado con un estigma y a veces los mismos ciudadanos nos damos palo con algo que realmente en la calle no se vive. Con la tienda la respuesta de las personas es que se acercan con frescura, cuando creíamos que la gente se pondría como nerviosa con el ejercicio, pero la gente actúa tranquilamente, lee las instrucciones, agarra lo suyo y paga”.
Según la observación de los encargados la reacción de las personas no ha significado un gran dilema, es una reacción normal. “Esta es una prueba de que en Medellín podemos poner la tienda y no va a pasar nada”.
¿Qué dicen los venteros de La Alpujarra?
John Jairo Bolívar lleva 25 años trabajando con su puesto en La Alpujarra. Sobre La Tienda de la Confianza considera importante resaltar a los servidores públicos, a quienes considera honorables, pero que hay que tener en cuenta la variedad de personas que diariamente pasan por el Centro administrativo.
“Muy precioso el ejercicio y muy buena motivación darle confianza a la gente, pero lo que pasa es que la gente se toma esa confianza. Siempre aparece el embaucador, el superchero o el que trata de hacer de las suyas. Por mucho que el Alcalde quiera implementar este estilo de negocio le va a salir el tiro por la culata, como siempre”, afirmó Bolívar.
El ventero fue enfático al considerar que el experimento era bonito, pero que no pasaría a más, porque “estamos en la cultura de la ley del menor esfuerzo, del dinero fácil o del robo y la mordida, que es lo que se vive lastimosamente en la ciudad de Medellín”.
Por su parte, John, que cumple 10 años trabajando con un puesto muy similar a la Tienda de la Confianza, considera que es un excelente experimento y que ha funcionado en otros países. “Si copiamos las cosas malas por qué no vamos a copiar las buenas”, además considera que “brindar confianza, como lo hace la administración en este caso, es muy positivo”.
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La frase
“Más de diez empresas de Medellín nos han contactado para instalar tiendas en sus organizaciones”, Santiago Silva, subsecretario de Cultura de Medellín.
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La Cifra
600 productos se vendieron en la tienda con un 93% de pago.
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