Estilo de Vida

Cinco cosas que quizá no sabe del Jägermeister

Pasaron ocho décadas antes de que este licor, cuya preparación es el secreto mejor guardado, ingresara oficialmente al mercado colombiano. Pues el verdadero potencial de esta bebida, está en las temperaturas bajo cero a las que debe consumirse.

Acá le presentamos cinco cosas que quizás no sabía de este licor:

1.Jägermeister es… Jägergermeister

El punto de partida para entender el éxito de Jäger es que se trata de un producto que no puede ser categorizado: no tiene un punto de comparación con otras botellas de su género, porque tales no existen. Para la bebida del maestro cazador, la autenticidad ha jugado un papel crucial a lo largo de sus 80 años de vida.

2.Hijo del vino

Al menos históricamente, Jägermeister provino de una fábrica de vinos. En 1878 Wilhelm Mast, fundó su empresa de vinos y vinagres en Wolfenbüttel, Baja Sajonia, su ciudad natal. Y sin quererlo, permitió las bases para la creación de una de las bebidas alemanas por excelencia. Sin embargo, no sería él, sino su hijo Curt, quien desarrollaría la idea, años más tarde.

Curt Mast fue el heredero en negocios de Wilhelm, y además, quien le dio vida a Jäger. Lo hizo juntando en un solo producto su talento como destilador y su afición por la caza, que por aquellos días era un hábito muy común en Europa. Tras años de experimentar con diferentes ingredientes, en 1934, Curt Mast desarrolló un licor basado en 56 ingredientes y con herméticos detalles de preparación. El resultado fue Jägermeister, cuya receta intacta se encuentra en 160 países, incluida Colombia.

3.Mantener el secreto

445 poderosos barriles, hechos de madera de roble, procedente de los bosques locales de ‘Pfalzerwald’ descansan en el Kräuterkellerei, en donde se prepara Jägermeister. En contraste, tan solo 5 personas en el mundo saben exactamente cómo preparar la bebida del maestro cazador.

El misterio ha sido un aliado de la marca. Su preparación requiere de 56 ingredientes naturales diferentes, que deben pasar por numerosas y exhaustivas medidas de control de calidad, para hacer parte de una botella.

4.Aguantar el paso del tiempo

Es una bebida que, desde sus inicios, y sin alterar su receta original, ha sido de todo: una infusión para los cazadores de principios del siglo pasado, una bebida popular de la Alemania en formación, un licor recurrente durante la Segunda Guerra Mundial, un trago de altísimo consumo y fervor en Estados Unidos, España y Reino Unido.

5.El elemento artesanal

El siglo XX fue el siglo de la automatización y el desarrollo industrial. En contraste y aunque bajo los más altos estándares de calidad, Jägermeister supo mantener desde su nacimiento un elemento artesanal predominante que abarca desde su preparación hasta su empaque.

Para preparar una botella se requieren las flores, raíces y frutas, productos como el jengibre, la canela, el anís y el cardamomo son a menudo exportados desde diferentes rincones del mundo hacía “Kräuterkellerlei”, en donde se fabrica la icónica bebida. Para proteger ese sabor que tantos años buscó lograr, Curt Mast eligió para Jägermeister una botella especial, que llegaría a ser tan famosa como el propio licor que contiene. Se dice que, antes de escoger el envase final, Mast testeó sus prototipos lanzándolos desde una altura considerable, contra un suelo de madera de roble. La botella que resistió el impacto, fue la ganadora.

Para sellar la experiencia de sus clientes, Curt Mast eligió como emblema de Jägermeister un ciervo coronado con una cruz: el mismo que, cuenta la leyenda, se apareció a San Huberto, patrón de los cazadores, y lo hizo convertirse al cristianismo. Ante una sociedad maravillada con el avance de la tecnología, el ciervo de Jäger terminó posicionándose como un contraste al hombre sofisticado citadino y vanidoso.

 

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