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Suicidio infantil: Llamar la atención sin importar las consecuencias

¿Qué lleva a un niño a tomar una decisión irreversible?

No solo del bullying en su acepción más dolorosa y tradicional es de lo que trata la popular serie de Netflix “13 reasons why”. También habla de un fenómeno que no solo se refleja en los adolescentes como Hannah, el personaje detonante del conflicto de la trama: el suicidio infantil. Uno que puede ser un grito de atención o que incluso lleva a ser un acto de venganza, como en el caso de la serie. El caso de Amanda Todd es el extremo, pero un pequeño ahorcado, como ahora aparecen en las noticias, no solo tiene el bullying como una cruz.

¿Qué es lo que está pasando?

Se han reportado suicidios desde los 6 años e incluso más temprana edad. Pero la más vulnerable es precisamente la que está ad portas de la adolescencia. De hecho, en Estados Unidos, desde hace una década, el promedio de suicidio entre menores de 10 y 14 años se ha triplicado, según un informe gubernamental publicado el año pasado. Según el reporte semanal del Centro Estadounidense de control de Enfermedades y Prevención de la Morbilidad y Mortalidad, el suicidio es la tercera causa de muerte infantil en ese país. Para 2014, el promedio de niños se había duplicado. Y surge el “¿por qué?”. Y también el “¿y dónde estaban sus padres?”

 

 

 

 

“En realidad el suicidio infantil es abandono. El niño tiene un cuidador que no cubre sus necesidades. No las suple a nivel emocional. Hay muchos padres ausentes, que luego no se meten para evitar conflictos y también se vuelven permisivos y negligentes. Un niño no sabe qué es suicidio todavía, pero para llamar la atención de esos padres ausentes, llega a autodestruirse”, afirma la psicóloga educativa y familiar Patricia Duarte.

Los padres ausentes son una constante. Sobre todo si trabajan para dar todo y no involucrarse en el desarrollo de sus hijos. Peor cuando son muy jóvenes y ni siquiera han terminado de crecer. Según la OMS, cada año, 16 millones de mujeres entre los 15 y 19 años dan a luz. Muchas de ellas tienen que trabajar todo el tiempo para mantener a sus hijos y apenas sí pueden afrontar los cambios que conlleva su edad. Muchas no lo hacen de una forma sana. Esto hace que el niño no sepa cómo enfrentar el dolor que causa el abandono o circunstancias traumáticas , explica Jorge Leiva, máster en psicología clínica de la Fundación Universitaria Areandina.

Por supuesto, los síntomas y causales son distintos que en un adulto. “Los niños se muestran irritables, aislados o se comienzan a portar mal. Incluso pueden retroceder en su desarrollo. Ellos no saben cómo verbalizar lo que tienen adentro. Un adulto agotó todas sus herramientas emocionales y cognitivas para superar un problema. El niño no tiene tanto background como un adulto ni tanto repertorio. Por eso genera un pensamiento fantástico: moriré para que me extrañen. Un niño no lo piensa tanto. Va y lo hace. Sin medir consecuencias”, afirma el psicólogo.

¿Y los padres?

Generalmente, los padres de un niño suicida vienen de hogares disfuncionales como hogares en apariencia armónicos. Según Leiva, los padres subestiman los problemas del niño, su conversación es artificial y creen compensar con cosas materiales su ausencia. “No saben qué les pasa a los niños. No hay profundidad.   El problema más grande es que no hay canales de comunicación y el ochenta por ciento de los padres no tienen ni idea de por qué sus hijos se suicidaron”, afirma. “Los padres tampoco se involucran con la terapia de sus hijos ni hacen consensos”.

Se habla mucho del tiempo de calidad que deben pasar los adultos con los niños. Pero sería mejor preguntarse por qué el niño quiere destruir todo lo que le rodea, destruyéndose a sí mismo. Así sea muy pequeño para comprender por qué. Y aunque hay muchos centros de prevención del suicidio, si el padre no se compromete con la salud mental de su hijo, en muchos casos no servirá de nada y el niño, lastimosamente, será otra noticia que aterra por absurda, pero que está ahí.

Las señales de un niño suicida

Datos e indicaciones de la doctora Lisa Boesky, Ph.D., autora de: “ Cuándo preocuparte: Cómo decirle a tu adolescente que necesita ayuda y qué hacer al respecto”.

 

 -Mucha gente que se suicida tiene enfermedades mentales que sufre en silencio o no se tratan de manera debida.

-La depresión es menos reconocida en niños y hombres jóvenes. Se manifiesta en irritabilidad, lágrimas y tristeza.

-Las mujeres intentan suicidarse más que los hombres, aunque estos son más opcionados para morir por suicidio. Los hombres usan métodos más letales, como armas de fuego. La edad promedio para suicidarse muy joven entre niñas es de 10 a 14 años.-Los síntomas son claros en el niño: tristeza significativa, irritabilidad o ira, perder interés en estudio, amigos e intereses, aislarse, expresar desesperanza. A todo esto deben prestar atención los padres.

 

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