Haters está inspirada en una experiencia linda, pero al mismo tiempo, incómoda durante los premios Grammy…
Andrea Echeverri: Ya habíamos ido a los Grammy Latinos con un sombrero con la forma del premio y causó furor. Entonces pensamos en hacer lo mismo para los americanos, pero ya con la pinta completa. Llegamos muertos de risa, con la idea de no pasar desapercibidos, y lo logramos. Salimos en muchos portales, todos nos querían entrevistar, pero así como hubo comentarios buenos, hubo algunos que nos acabaron con sus palabras en las redes. Hasta nos dijeron que éramos el hueco negro de Colombia. Y pues nada, el resultado fue esta canción.
Este tema suena muy caribeño… ¿era la idea?
Héctor Buitrago: Así nosotros incursionemos en el caribe siempre nos sale cachaco, pero la verdad es que ya lo asumimos y lo aprovechamos. Y después de este prólogo les cuento que el tema tiene mucho de afropop y electrónica, luego cuenta con unas guitarras champeteras, y finalmente, tiene ese rock bogotano que nosotros tenemos en el ADN. Creo que en un tema que suena moderno, justamente haciendo referencia a las redes sociales, y a los amores y odios que allí se crean.
¿El video de esta canción no parece hecho en la pandemia? ¿Fue una odisea hacerlo?
Andrea: Lo primero que hicimos fue invitar a la gente a que mandara diseños o fotos de lo que se imaginaran que fuera un hater. Luego, cada uno en su casa se filmó con el típico fondo verde, y tuvimos la colaboración de un colectivo caleño que se llama Imago, y entonces ellos le pusieron la parte más tecnológica y nos ubicaron en diferentes fondos.
Además, yo hice los sombreros que ven el video, uno con la forma del coronavirus, otro con el emoji de popo y finalmente, uno de calavera. La verdad es que le metimos mucha energía a ese video, y creo que eso se debió a que estábamos en casa, sin viajes, ni conciertos.
¿Cómo es su nivel de resistencia a los haters de las redes?
Andrea: La verdad es que las redes sociales le chupan a uno el tiempo y la energía, entonces yo estoy presente subiendo publicaciones, pero no estoy pendiente de todo lo que dicen, si no, me volvería loca.
Héctor: Depende del nivel de hater porque hay críticas que son constructivas o son sencillas y ya, es decir, hay algo que no les gusta, lo dicen y punto. Pero hay personas que van subiéndole el tono y se convierten en personas agresivas y violentas. Uno lee unos comentarios terribles en las redes sociales, hasta amenazas, que uno quisiera responder de la peor manera, pero nada, se respira y se sigue adelante.
Ahora bien, ¿qué piensan de las redes sociales y de la web en general?
Andrea: Toda esta vida virtual tiene un lado positivo, pero también un lado negativo, y no solamente tiene que ver con los odios que nacen allí. Por ejemplo, el celular te dice cada semana cuántas horas pasas al día viendo las redes y otros contenidos, y cuando conoces la cifra dices: «Por Dios, hubiera podido aprender ruso». Entonces, son chéveres, hay que usarlas, pero también hay que medirlas. La verdad creo que es más importante conectarse con uno mismo y con su proyecto de vida.
¿Les dio duro la llegada de la pandemia a Colombia y estar todo el tiempo en la casa?
Andrea: Yo he tenido etapas. Al principio cuando empezó la cosa quedé un poco en shock, y lo que me a mí me calma es usar las manos, entonces me decidí a dibujar y hacer sombreros como los del video. Esa ha sido mi terapia y me mantiene tranquila. También estoy trabajando en un estudio pequeño en mi casa, y claro, estoy en constante conexión con Héctor.
Héctor: Nosotros alcanzamos a grabar unas canciones antes de que empezara la pandemia, entonces lo bueno es que tuvimos el suficiente material para moldear y distraernos. Por ejemplo, Andrea recuperó el demo que tenía de 15añera y la pudimos trabajar a distancia.