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‘Milagro en la celda 7’, la cinta que manda la parada en Netflix

Un padre soltero de escasos recursos y con una discapacidad mental en la Turquía de 1980, este es el escenario de Milagro en la celda 7, película que lidera las tendencias de lo más visto en el país en Netflix. La cinta (7 Kogustaki Mucize, en su título original), se ha hecho popular gracias a las redes sociales y al voz a voz. La gran mayoría de personas dice haber llorado, o al menos, haberse conmovido hasta lo más hondo con esta historia.

‘Memo’ (interpretado por Aras Bulut İynemli), es un pastor con retraso mental, que vive con su pequeña hija, Ova (Nisa Sofiya), ambos al cuidado de una octogenaria abuela, Fatma (Celile Toyon). La niña entiende perfectamente que su padre es como un amigo, pues con tranquilidad explica a quienes se burlan que su padre tiene «su misma edad».

Memo hace lo posible por conseguir dinero para comprarle cosas a su hija, pues aunque no es un padre típico, sí es un padre muy amoroso que haría lo que fuera por la pequeña Ova.

Los problemas comienzan cuando Memo es el único testigo de la muerte accidental de una compañera de colegio de Ova. Él intenta rescatarla a pesar de que ya es demasiado tarde, y al llevarla a donde su padre (un alto mando del Ejército), este lo acusa de su muerte, pues además Memo no logra explicar qué fue lo que pasó antes de que lo golpeen y castiguen con severidad.

La impotencia será una constante en casi toda la película, a medida que Ova se entera que su padre está en la cárcel sin que nadie les dé una explicación justa, y cuando las cosas en casa se complican al cuidado de la abuela. Ova sabe que su padre es inocente, pero probarlo se convierte en lo que parece ser una causa perdida.

La cinta está calificada con un 8,3/10 en el portal especializado Imdb

En la cárcel, Memo la pasa mal. Los gendarmes del ejército quieren que pague pues lo creen culpable, y sus compañeros de celda no entienden su errático comportamiento. Poco a poco, sin embargo, comenzarán a entender que él es igual a ellos, pero con una nobleza y un calor humano que muchos de ellos habían dejado de lado en el ambiente hostil de la cárcel. A pesar de todo, Memo es un recordatorio de la humanidad que hay en cada uno de ellos.


2h 12min: la duración de Milagro en la celda 7


El sistema penitenciario parece no estar de lado de la presunción de inocencia, pues lo único que importa es que hay un hombre enceguecido por el dolor y la rabia de haber perdido a su hija, supuestamente, ante un sujeto con problemas mentales. Solo el director de la cárcel sospecha que hay una parte de la historia que no concuerda, y el tiempo se agota antes de que sea el día en que Memo deba ir a la horca por un crimen que no cometió.

Poco a poco la esperanza se va agotando, pero estos momentos de zozobra y angustia se combinan con otros donde hay amistad, solidaridad y mucho amor de un padre por su pequeña hija, y viceversa.

Una cruda realidad

Aunque la historia original es surcoreana, en esta versión ambientada en Turquía hay un problema universal: la arbitrariedad del sistema carcelario y los incontables atropellos a los derechos humanos que de allí han derivado en el pasado. Memo es el ejemplo de ello desde que es detenido.

No solo es golpeado hasta el cansancio, sino que le prohiben las visitas, lo tratan como a un asesino de la peor calaña sin posibilidad de presunción de inocencia, y en ningún momento recibe apoyo psicológico, sobre todo teniendo en cuenta su condición particular.

También, entre líneas la historia habla de la pobreza, y la situación de los niños que quedan huérfanos de padre y madre por diferentes motivos. La historia de Ova es la de miles de niños en el mundo, y la de Memo, la de millones de presos que no tienen la oportunidad de dar su versión de los hechos.

 

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