Por Laura Cerati:
Querido Gus:
Te he escrito muchas cartas en estos años, algunas al aire, en el pensamiento, en sueños, en diálogos internos casi verdaderos. Apenas nací ya estabas ahí, luego de muchos años compartidos, la vida nos sorprendió con tu partida, te fuiste durmiendo y también yo estaba ahí.
Sabes que te admiro desde siempre. Con el tiempo aprendí a compartirte con mucha gente de tan diferentes lugares del mundo que te valora, te escucha por tus hermosas melodías y te siente por tus increíbles letras. Es maravilloso, ¿no?
Sos parte de todos y eso te vuelve presente e inmortal. Aunque te extrañe, es extraño pero a la vez, “no hay sitio donde no estés”. Te amo.
Por Julio Correal, amigo:
Gustavo querido:
Quería contarte que Alegría, tu ahijada, está preciosa. Quiere mucho el muñeco que le regalaste, el Goofy. Paola está bella como siempre. Juan Fernando está triunfando con Ácido Pantera como productor musical, seguro que te hubiera encantado hacer música con él. Valentina está hermosa, sencillamente hermosa. ¿Y tú? Haciéndole falta al rock n’ roll. Qué falta haces, Gustavo… todo tu glam, toda tu buena onda… toda tu virtuosidad. Grande, Gustavo, grande.
Por Andrés Ospina Sandoval, fanático
Hoy en la ‘Ciudad de la furia’, Buenos Aires (Argentina), me encuentro visitándote, cruzando los lugares donde estuviste e hiciste historia.
Es un sueño realidad conocer donde naciste, creciste y tocaste tus primeras canciones.
También fue un honor haber conocido a algunas de las personas que te ayudaron a construir tu legado: Adrián Taverna, Andrea Álvarez, Tweety González, Richard Coleman. Ellos, al igual que yo, te tienen presente todo el tiempo.
Aún recuerdo los grandes momentos que me hiciste vivir, como cuando me firmaste mi primer cuadro en honor a ti, en el marco de la presentación de tu ‘Ahí vamos’, o cuando nos reencontramos en ese concierto en Bogotá, el 13 de mayo de 2010. Aún no entiendo cómo la vida te dejó ir tan rápido.
Pero pensando en lo grande que eres y representas para mí, en los gratos momentos que me hiciste vivir escuchando tu música desde muy joven, tomé la gran decisión de emprender el viaje a Argentina. En Buenos Aires se respira tu música, y por eso mis días tienen mucho poder.
Me llenan de mucha magia tus letras, Gus. Solo hay uno y eres tú, el rockstar argentino que marcó mi vida por siempre.
Por Juan Camilo González Piragauta, fanático
Cerati: gracias por venir
Me acuerdo cuanto te vi cantando en vivo. El 13 de mayo de 2010, la mejor noche de todas. Estaba haciendo realidad un sueño que tenía desde muy niño, cuando escuchaba en la radio tus canciones con Soda Stereo y veía tus videos en MTV junto a Charly, Zeta o en solitario.
Esa noche, en el Coliseo El Campín, me marcó cuando tocaste ‘Trátame suavemente’ con tu Mosrite de doble mástil y sacaste ese solo tan pulcro como en del ‘Último concierto’. También cuando interpretaste ‘Te llevo para que me lleves’ y las canciones del ‘Fuerza natural’, tu última obra maestra.
Después el golpe moral: dos días más tarde tocaste en Caracas (Venezuela) y tu cabeza, que siempre estuvo lúcida para componer, se paralizó por un accidente cerebrovascular.
Aunque muchos fanáticos rogábamos por un milagro para que volvieras a despertar, la razón y la medicina decían lo contrario. Era una realidad que no ibas a volver a cantar o a tocar tu guitarra, por lo que era inminente tu partida. Se dio hace exactamente cinco años.
Richard Coleman, tu gran amigo de la música, dijo hace poco algo que me identifica: “Creo que no hay un día en que deje de pensar en Gustavo, así sea de manera fugaz”. Y es que es así, porque sin planearlo te hice parte de mi vida.
Siempre estuviste ahí, haciéndome vibrar con tus solos de guitarra y tu voz, motivándome a ser fiel a tu música con discos emblemáticos como el ‘Dynamo’ o el ‘Sueño Stereo’, impulsándome a conquistar a un gran amor con ‘Puente’, y a inspirarme con frases como “Mereces lo que sueñas” (‘Beautiful’).
Aún sin tu presencia en este mundo, Gustavo, te confieso que cuando escucho tu música recibo una ‘Bocanada’ de vida. Por eso y por mil cosas más ¡Gracias… TOTALES!
Por Camilo Andrés Aguirre Villamil, fanático
Cerati: gracias, maestro eterno
Crecí en los años noventa, en una generación que escuchaba canciones con letras complicadas. Fue entonces que conocí a Gustavo y a Soda Stereo, una banda que sobresalía con su peculiar sonido alegre. Sin embargo, solo fue hasta cuando escuché su mejor obra, el ‘Bocanada’, de 1999, que Cerati se volvió parte crucial en mi vida.
Con mi discman y mi carpeta de CD´s originales me la pasaba en las nubes. Amaba lo que hacia este señor. Lo vi como una persona que vivía en un mundo ideal de lindos sonidos y grandiosas líricas envueltas en canciones. Tal era la influencia de Gus en mí, que tenía un listado de sus canciones, según como estuviese mi estado de ánimo.
Tuve el placer de verlo en vivo en varias ocasiones. Pero si algo me marcó, fue cuando lo conocí en persona. Lo soñado: me tomé una foto y me firmó el ‘Fuerza natural’, en 2009.
Nunca creí que aquel hombre fuera a tener problemas de salud. Este ser mágico decidió volar como ángel, llenando de tristeza mi alma, dejando un vacío irremplazable, aunque mi cabeza siempre estará llena de su música.
A Gustavo Cerati, le agradezco su existencia, su marca sonora y esa esencia que nunca se borrará. Gustavo Adrían Cerati Clark: eres el causante de mi felicidad, de mi estabilidad emocional y todos mis sentidos agradecen tu existencia terrenal.
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