¿En qué está trabajando Wamba en estos momentos?
Desde el año pasado veníamos coqueteando con la idea, y hablando por WhatsApp sobre qué pasaría si volviéramos a trabajar como banda. Contemplamos de pronto sacar solo canciones y ver qué pasaba. Y al final del año pasado sí hablamos y dijimos: ‘miremos si podemos hacerlo, no hay canciones, ¿quién se pone la ‘10 a componer?’. En diciembre yo, por cosas de la vida, compré una guitarra y un MIDI, volví a estudiar y a componer, hice como 12 canciones. Ya cuando dijimos que volveríamos como banda les mostré las canciones y escogimos una, que es el sencillo Fue por tu amor.
Estamos trabajando con Sony Music, aunque no es nuestra disquera, solo hicimos una alianza con ellos, y la idea es sacar otra canción en julio, una más en agosto, y un par más finalizando el año. Queremos lanzar música nueva de aquí a diciembre, esperamos poder hacer un EP. Se viene una gira nacional en el segundo semestre del año, y el concierto de lanzamiento que es del regreso como tal, que es el 28 de agosto en Gaira.
¿Qué es lo más urgente de esta renovación que están haciendo?
Desde la separación de nosotros en 2014 quedaron muchos sinsabores porque sentimos que quedaron muchas cosas por hacer, mucha música. En los últimos tres años en Wamba nos dedicamos a hacer cosas sociales con varias fundaciones. Viajamos con Save the Children por casi 50 ciudades del país capacitando a con los niños sobre la violencia, ese tipo de temas, son cosas que no les contamos en ese entonces a los medios. Una de las cosas que nos faltó fue hacer más música, sacamos un disco y nos acabamos. Por eso cuando empezamos a volver y a hacer música, todos sentimos la necesidad de reivindicar lo que estábamos haciendo al principio: tropipop, pero ese tropipop con el que nacimos. Lo que queremos en este momento es volver a hacer canciones y hacerle entender a la gente que el tropipop no es un tema banal, sino que esta era la forma en que unos pelados entendían el vallenato. El tropipop siempre ha hablado de amor y en ese momento era un tema más adolescente, pero ahora que ya casi todos tenemos 30, queremos reivindicar el amor en otro sentido más maduro. No nos cerramos a hablar de cosas que están pasando en la actualidad, pero queremos centrarnos en lo que siempre ha hablado el tropipop que es el amor. Estamos orgullosos de ser tropipoperos y hacer parte de la historia de la música colombiana. El vallenato nació en Colombia, y el tropipop nació acá con la adición de esos sonidos pop y la guitarra al vallenato, abanderado por Carlos Vives.
¿Cómo los ha apoyado Vives en todo este proceso?
Es un mentor. Siempre lo hemos visto como un ídolo, como esos héroes que uno tiene desde la infancia. No solo nos mostró el lado pop del vallenato sino que también nos ha hecho entender la importancia del género para Colombia. Así los medios, el periodismo y la gente a veces quieran menospreciarlo, como con muchas de las cosas que se hacen en Colombia, Carlos nos ha hecho entender que hacemos parte de la historia en el país, y que tenemos que estar orgullosos. Así como Lucho Bermúdez y Totó La Momposina han hecho lo que han hecho, aunque no nos estemos comparando con ellos. No vale la pena la comparación. Le debemos muchísimo a Carlos, nos hizo entender que somos hijos del vallenato. Es un género nacional, tenemos que dejar el deporte nacional de criticarlo todo.
¿Cómo describe el tropipop en 2019?
Yo creo que el tropipop de 2019, y hablo solo por Wamba, entiende que es un hijo del vallenato. El de 2005 y 2006 es el resultado natural de una exploración. El de hoy en día entiende su raíz colombiana que lo conecta a la tierra. No necesariamente todo es urbano, es algo que hay que desmitificar. No creemos que nuestro sonido actual deba sonar urbano. Las formas de producir ahora son distintas, entonces, simplemente es un tropipop que viene del vallenato, y que hacemos siendo rolos.
¿De qué manera se le compite en los listados musicales a un género tan fuerte como el reguetón?
Ya no le tenemos miedo a eso porque hemos trabajado en la industria y las cosas son distintas. Antes el único medio para llegarle a la gente era la radio, si a la gente no le gustaba lo que oía, estaba jodida. Creo que las plataformas de streaming han democratizado la música, le han entregado el poder a la gente. Por el momento, las tenemos a ellas y en radio hemos recibido buena retroalimentación. Siento que es trillado decir que ‘si una canción se hace con el corazón, conecta’, porque no siempre es así, pero hay que darles la oportunidad.
¿Les juega a favor la nostalgia que puede
existir por el género?
Claro, ahorita todos tenemos entre 28 y 36, en este momento en que no sabemos si somos cuchos o jóvenes, y nos casca la nostalgia, los recuerdos del colegio y los amigos. Creo que es un momento de nostalgia, y nuestro trabajo ahora es sacar canciones como tropipoperos, abrirnos el espacio como cualquier otra banda y que sea la gente la que decida.
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