El 22 de abril de 2010 el país se conmocionó con la muerte de la presentadora. Se revelan nuevos detalles de la muerte de Lina Marulanda en Expediente Final.
«Ella era un personaje muy introvertido, que se guardaba las cosas»: con esta frase describieron a Marulanda en el programa presentado por Diva Jessurum.
La exitosa modelo, presentadora y empresaria se quitó la vida en 2010, cuando decidió saltar por la ventana de su apartamento.
Para reconstruir los últimos días de la vida de Lina Marulanda, el programa entrevistó a amigos y personas del medio que la conocían tanto en lo laboral como en lo personal.
Diego Cadavid, actor y amigo de Lina, contó que era difícil lograr que ella se abriera y hablara de sus tristezas.
Su asistente, Carolina Martínez, reveló que ella llegó a un punto en que «no sabía qué hacer» por culpa de la presión social.
Se revelan nuevos detalles de la muerte de Lina Marulanda en Expediente Final
Pero, ¿qué sucedía? Las críticas y los chismes sobre su estado físico la estaban abrumando. Poco a poco, Marulanda empezó a buscar una inalcanzable perfección.
De igual manera, ella sintió que su trabajo era muy criticado y que siempre estaba bajo el escrutinio implacable del público y otras personas del medio.
Cadavid también fue testigo de esto. Lina se levantaba muy temprano siempre para ir al gimnasio, y llevaba dietas demasiado estrictas.
«Le daban palo, le daban durísimo», dijo el actor recordando los momentos en que ella quiso participar en otros proyectos donde su físico no fuera central, como la radio.
«Ella era inteligente, extremadamente sensible», comentó Cadavid con la voz entrecortada.
Luego de decidir alejarse de los medios, buscó aprovechar su nombre para trabajar en una marca de joyas.
Según Martínez, su asistente, Lina era capaz de quedarse «hasta la hora que fuera» revisando cada minucia de su negocio. «La empresa empezó a caer, ella dejó todos sus ahorros», recuerda.
Crisis en el hogar
Lina Marulanda se encontraba en su segundo matrimonio. Sin embargo, este tampoco estaba resultando como ella esperaba.
«Ellos se separan. Lina era muy casera, y quería que su esposo estuviera ahí con ella. La noche antes [del suicidio] ellos hablaron, parecía que iban a volver».
Poco a poco, su vida personal entró en un momento difícil al igual que su vida profesional. Para empeorar las cosas, su empleada de toda la vida le robó dinero y pertenencias. Esta traición fue muy difícil para ella.
«[Estaba] Desempleada, termina con su esposo, pierde los ahorros de su vida. Empezó a dejar de comer por su misma angustia», recuerda Martínez.
También, por esa época, Lina asistía al psiquiatra y estaba medicada por depresión.
Últimos días
En sus últimos momentos, Lina Marulanda pesaba 45 kilos (medía 1.77 c.m.). Estaba a un mes de su cumpleaños número 30.
En su computador, además, encontraron cartas nunca enviadas para sus padres, amigos y familiares. Así, los forenses determinaron que la presentadora venía planeando su deceso días atrás.
«La sentíamos más bajita de ánimo. Se volvió más reservada», dijo Christian Salazar, su dentista y amigo.
Ese día desayunó con sus padres, llamó a su asistente y le preguntó si estaba cerca. «Avísame cuando llegues, te quiero mucho», le dijo.
Tenía un desfile en la tarde, y mientras descansaba en el apartamento estaban sus padres, la asistente, y el contador.
Hacia las 11:00 a.m. el contador y la asistente estaban en un cuarto contiguo. Lina, en su cuarto, estaba durmiendo.
«Escuchamos un ruido… yo salí corriendo, boté el portátil… empecé a golpear la puerta de Lina, ella no me respondía», recuerda Martínez entre lágrimas.
«Ella tenía una virgencita milagrosa de madera, que siempre cargaba, en las manos», cuenta. Cuando la encontraron los celadores y su asistente, ya no tenía signos vitales.
Hasta el día de hoy, amigos y colegas la recuerdan con cariño.
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