Yo la conocí cuando tenía unos 14 años mientras estudiaba el conservatorio de Cali. Nos volvimos a enganchar en el TPB, Teatro Popular de Bogotá. Hicimos varias obras, porque yo en ocasiones, además de la parte técnica, también actuaba.
Luego yo viajé a Argentina a hacer un curso de iluminación y cuando regresé el Teatro Nacional estaba en obra gris y montando El rehén. Fue entonces cuando volví a engacharme con Fanny. Y aquí sigo.
Discutíamos a veces, sobre todo por los montajes y las luces porque ella era medio fotofóbica y siempre se iba para lo oscuro. Me puteaba diciéndome que yo la había dejado sin luz, pero la verdad es que ella siempre buscaba el espacio que tuviera menos luz.
Llegamos a ser familia porque fueron cerca de 40 años los que estuvimos trabajando juntos. Era una persona alegre, extrovertida, sincera y querida por todo el mundo. Trabajando exigía, pero afuera de ese entorno era muy relajada.
En este momento, y después de tantos años, creo que no puedo pensar que hubiera algo que no me gustara de Fanny. O bueno sí. Lo único que no me gustaba de Fanny era que no me llevara a las fiestas.
Ella bailaba y se gozaba las rumbas, pero no hasta el punto de volverse loca o emborracharse. Ella se tomaba sus vodkas pero no hasta el punto de perder la razón.
Sin duda lo que más le gustaba era bailar salsa, ella se zangoloteaba lo más de sabroso, además siempre decía que era caleña. Normalmente los dos siempre abríamos las fiestas con Cali pachanguero que era una de sus favoritas. Joe Arroyo le gustaba mucho, también Fruko y sus tesos, tenía hasta colección de música.
Antes de salir al escenario siempre enviaba una plegaria a los Maestros Invisibles de la Luz, nunca supimos quiénes eran y en realidad jamás le preguntamos. Me imagino que ella ya entró a ser parte de ese selecto grupo. En este momento debe estar haciendo un festival con ellos.
Ella ponía en el camerino fotos de ella, Daniel y sus allegados. También prendía una vela para atraer gente. También la ponía en la taquilla. Y nunca supe qué le decía a la vela, pero le pedía algo en cada comienzo de temporada.
¿Eliza cómo te va? Eso le diría si me estuviera escuchando ahora.
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