A propósito del lanzamiento de la novela basada en su vida, se conocen momentos secretos y anécdotas hasta ahora contadas. Este es el lado que nadie conoció de Jaime Garzón.
Aunque instantes de su existencia quedarán plasmados en Garzón Vive, emitida de lunes a viernes a las nueve de la noche por RCN, la verdad es que toda una vida no puede ser reflejada en esta producción.
Justamente la revista Cromos recopiló una serie de testimonios de las personas más allegadas al periodista, y que dejan ver al Jaime Garzón que pocos conocieron.
«Jaime era un desastre. Me pedía la moto prestada para hacer una vueltita allí y volvía a los tres días», contó Alfredo, hermano del periodista. «Siempre fue loco. En las fotos de la primera comunión está haciendo muecas», agregó.
El lado que nadie conoció de Jaime Garzón
Yamid Amat también está en la lista. Él aseguró que: «Quería ganarse un premio Nobel de Paz y trabajaba todos los días por eso».
Una de las mejores anécdotas la contó el periodista Antonio Morales. «Un día, en Quac, estábamos cansados, no teníamos ideas. De repente llegó ‘el Perro’ (a Jaime le decíamos ‘el Perro’) y le dijimos: ‘haga algo para hacernos reír porque no podemos arrancar los libretos’. De repente se empelotó y empezó a correr desnudo por todos los corredores de RTI, donde había centenares de personas. Me acuerdo que se le puso en frente a una de las secretarias, la más conservadora de todas, y le mostró el pipí y le dijo: ‘Perdone lo poquito pero es con todo cariño'».
Paola Turbay también tenía algo para contar: «El día mi matrimonio, en el Club Los lagartos, se bebió toda la champaña y me quedó debiendo el regalo. Se inventó que me había dado un tapete persa y en realidad me lo había enviado Julio Sánchez».
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