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Jhonny Hendrix vuelve a representar al cine nacional con la dirección de ‘Candelaria’

Jhonny Hendrix vuelve a representar al cine nacional con la dirección de 'Candelaria', cinta que se mostrará en el Festival de cine de Venecia.

Candelaria es una tragicomedia llena de Son Cubano, que se sitúa en Cuba de la década de los noventas. La película se rodó en la isla entre octubre y diciembre de 2016, y fue merecedora de los estímulos del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico –FDC– de Colombia, 2015, además de recibir apoyos del World Cinema Fund (Alemania), Sorfond (Noruega) y la ayuda del fondo argentino INCAA.

Jhonny Hendrix Hinestroza lleva 14 años en el mundo del cine, lo cual lo llevó a crear la productora Antorcha Films en 2003. Ha sido productor de películas como Anina, Perro Come Perro, En Coma, Hiroshima y Noche Buena, entre otras. Con su ópera prima, Chocó, seleccionada en el Festival de Cine de Berlín, logró varios reconocimientos a nivel local e internacional. PUBLIMETRO habló con él a propósito de su nueva película, ‘Candelaria’.


La cifra: 14 años lleva Jhonny Hendrix en el mundo del cine


Cuéntenos sobre esta nueva cinta

Yo siempre estoy en la búsqueda de cosas nuevas, de cosas que me apasionen y que partan de mí como ser humano. Chocó era la historia de una mujer maltratada, era un drama, mientras que Saudó tenía más que ver con una mitología del Pacífico, era una película de suspenso. El cambio aquí vuelve a ser un poco drástico. Es una tragicomedia en el periodo de la década de los 90 en Cuba. Lo que vamos a ver es una historia de amor, de esas historias de amor con las que todo el mundo sueña. Un amor infinito, puro e inigualable que llega hasta la vejez. Esa es la historia de Víctor Hugo y Candelaria, dos personas de aproximadamente 80 años que han perdido el apetito sexual y que por cosas de la vida encuentran una cámara. Víctor Hugo descubre que al ver a su mujer a través de la cámara revive su amor por ella y ambos se dan cuenta que a través del lente pueden volverse a enamorar, con lo cual viven una adolescencia en medio de la vejez.

Lo que vamos a ver es una historia de amor, de esas historias de amor con las que todo el mundo sueña. Un amor infinito, puro e inigualable que llega hasta la vejez.

En Chocó vimos una metáfora entre la vida de la protagonista y la tierra que representa, ¿En ‘Candelaria’ también hay una metáfora?

Sí. En todas mis películas trato de tener una metáfora. Recuerdo algo que el actor Alden Knight (quien interpreta a Víctor Hugo) me decía cada vez que me veía corriendo: “para dónde vas juventud con tanto ánimo y yo con esta vejez caminando tan lento”. Y creo que esa es la metáfora de esta película, que uno de joven puede vivir el amor, puede sentirlo, puede dejar las cosas insignificantes a un lado y concentrarse realmente en lo que significa el amor entre dos personas. Pero todo lo demás lo distrae a uno y solamente cuando ya estás en la vejez es cuando encuentras esa compañía leal, firme y duradera, es cuando decides concentrarte y darle valor a las cosas importantes de la vida, antes no.

¿Cómo representar las costumbres de un pueblo de la manera más fiel posible?

Yo no sé si lo logre, ojalá lo esté logrando y esté en esa línea y no me pierda. Candelaria es una película que transcurre en Cuba en un periodo particular y al estar allí viendo las cosas que vive un cubano promedio, sus dificultades, me hace pensar que no está muy lejano de nuestro pacífico, de nuestra clase media baja. Viven con los mismo sueños, las mismas esperanzas, el mismo deseo, tienen la misma nostalgia, la misma mirada, es el mismo sabor en la música. Siento que nos reflejamos demasiado y que somos muy parecidos realmente. Entonces cuando yo rodaba con estos personajes encontraba muchas de las sonrisas y miradas de mi padre, encontraba muchos personajes que yo he visto en el Pacífico, con ese sabor a la hora de cantar su propia música, con ese entusiasmo a la hora de hablar de su infancia o su adolescencia. Creo que lo que más nos representa a nosotros como latinos es la nostalgia en la música que producimos, esos boleros de antaño que de alguna forma siguen haciendo ‘mella’. En estos personajes que vamos a encontrar en Candelaria son personajes que mueven su corazón al ritmo de un bolero y eso es lo que representa esta película y es lo que somos como latinos. Por lo tanto creo que me mantengo un poco en esa búsqueda e interés del Pacífico y el sueño de lo que somos como afros porque esa misma mirada que vemos en ‘Chocó’ esa misma mística la vas a encontrar en Candelaria y en sus personajes.
Usted ha mencionado que le interesa darle representación a la población afro en sus películas, ¿con Saudó, Chocó y Candelaria cree que lo ha conseguido?

Yo creo que los negros somos un universo. Y obviamente reflejar al hombre y a la mujer, al ser humano, es imposible. Somos tan llenos de matices y caracterizaciones que yo creo que tres personajes no representan a una comunidad ni a un pueblo. Son personajes que son parte de esas comunidades. He caído en ciertos personajes que en sus miradas o en sus diálogos o en su forma de caminar, hablar, actuar o sentir, representan parte de lo que significa ser afro. Pero yo no creo que estas tres películas sean la totalidad de lo que somos como negros o como latinos.

¿Anteriormente ha dicho que le gustaría llevar al cine la historia del poeta chocoano Arnoldo Palacios, ese proyecto sigue en pie?

Estamos desarrollando varios proyectos, entre esos hemos leído muchos de sus escritos. Queremos en algún momento coproducir o filmar una película basada en alguno de sus libros o por lo menos en alguna de sus anécdotas. Arnoldo Palacios es contemporáneo a mi padre, y conozco mucho de lo que es su niñez y lo que él representa. De ahí me viene la inspiración de intentar filmar una película inspirada en él. Esperamos seguir escribiendo para llegar a tener esa inspiración para tener esa inspiración que él tenía para contar sus historias.

¿Cómo cree que desde el cine se puede combatir el racismo?

He visto muchas películas que hablan sobre el racismo y el maltrato a ciertas comunidades. He escuchado a algunas personas que se identifican con ciertas películas, pero también he visto a otras personas molestarse al ver películas que plantean una problemática que los expone. Por ejemplo, en Chocó se expone el maltrato a mujer. Y se habla de cómo el maltrato empieza en casa. Pero después de muchas charlas y encuentros me doy cuenta que muchas mujeres no lo vieron así, para muchas Chocó es una mujer que se prostituyó. Eso me hace pensar que el cine no cambia nada ni a nadie, hace pensar y hace sentir, generarse preguntas. Pero eso ocurre a la hora de ver la película, de ahí en adelante sigues siendo el mismo ser humano entonces no sabría si el cine de alguna u otra forma logre inspirar o corromper a las personas. Lo que sí es verdad, es que yo no puedo dejar de hacer cine, es mi método de desintoxicación y mi forma de brindarle al mundo lo que pienso y siento. En todas mis películas habrá un personaje afro porque no quiero que volvamos a permitir que seamos invisibles ante la humanidad entonces yo mismo me he propuesto incluirnos en todas las historias.

¿Cuál es el sentimiento que le gustaría despertar en los que vean ‘Candelaria’?

Yo creo que yo he sido un personaje nostálgico toda mi vida. Siempre vivo del recuerdo. Y a veces vivir del recuerdo te deja el aprendizaje de que la vida está en el futuro porque el pasado ya se vivió, o más que en el futuro, que no se conoce, la vida está en el presente. El presente es el que de alguna forma puedes disfrutar. Yo quiero que cuando la gente vea ‘Candelaria’ se quede con esa sensación porque es eso, el amor, las personas, las cosas que queremos hay que vivirlas en el ahora. El mañana no sabemos, no lo conocemos y el pasado ya se fue.

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