Bryan Ray tiene 31 años y es de Los Ángeles. Ha dedicado su vida y su dinero a una cosa en especial: quedar idéntico a su ídola, Britney Spears. De hecho, se ha gastado la friolera de 80 mil dólares, en 90 cirugías plásticas, para llegar a parecerse a la cantante pop. Por lo menos sus amigos lo llaman «Britney».
Por supuesto, «Britney» se ha puesto implantes, bótox, inyecciones de grasa en sus mejillas, se ha removido el pelo con láser y tiene un régimen de cuidado de piel estricto, hecho para que luzca «eternamente joven». Bueno, la Britney verdadera, como sabemos, no pudo decir (ni hacía) lo mismo hace 10 años.
Su heroína absoluta
Su obsesión con ella comenzó cuando él tenía 17 años. Precisamente, cuando lanzó su hit «Toxic» en 2003 y cuando, entre otras cosas, se dio un beso con Madonna en los VMA’S. «Era el tiempo en que ella exploraba su sexualidad y hacía lo que quería. Quise eso», afirmó el joven.