Colombia está en un momento de crisis por la dependencia en la exportación de commodities (petróleo, carbón, café). ¿Cómo hacer para cambiar ese chip en la economía y permitir diversificarla?
La caída de los precios de las materias primas lo único que nos hizo ver es algunas de nuestras debilidades estructurales como países. Cuánto ahorramos, cómo ahorramos, y cómo ese ahorro nos va a ayudar a financiarnos en dólares cuando el dólar se va a encarecer; cómo le hemos agregado valor a esas exportaciones o cómo nuestras estructuras no nos permitieron movernos a otro lugar.
Esto provocó un sinceramiento, y es muy importante. No en el mejor momento, y el desafío de muchos gobiernos con pocos recursos es escoger dónde los vamos a invertir. Yo creo que la parte más interesante va a ser la colaboración público privada. Si los gobiernos y las empresas entienden el valor de la colaboración en estos momentos, esa va a ser una fórmula del éxito.
¿Cómo agregarle innovación a esta fórmula?
Yo creo que hay sectores como el petrolero, el del cobre en Chile, el de las flores en Colombia, donde estás viendo un montón de innovaciones. Pero también es importante saber cuál es la estrategia país. Y ahí yo preguntaría, en el caso de México o Colombia, cuál es la estrategia del país. Tienen un Juan Valdez que se vende muy bien, pero además, ¿qué va a haber ahí?
Y además, no podemos hacer menos sectores que son naturalmente ventajosos para el país, como la agroindustria, y pensar que hay que crear… no sé, el auto del siglo… no. Creo que hay muchas cosas que se pueden generar dentro de estos sectores, pero también tenemos que aprender a generar productos de mayor valor agregado.
Colombia tiene una ventaja enorme, y es que es un país abierto con una enorme cantidad de tratados comerciales. Esto nos exige pensar globales. Y si estás pensando globalmente, empiezas a identificar las tendencias para acercarse a donde quiere.
Colombia ha abierto bastantes mercados, pero queda la impresión que se está debilitando la industria y se está perdiendo empleo. ¿Se pueden combinar los tratados globales con la generación de empleo?
Con los incentivos adecuados, sí. Incentivos para contratar trabajadores, y eso implica que tienes un mercado laboral dinámico; incentivos para que las empresas puedan contratar. Creo que en parte la precarización del mercado laboral en nuestros países tiene mucho que ver con el tipo de regulaciones, y eso todavía no lo tenemos claro. También con los incentivos para invertir y comprar maquinaria, y la estabilidad fiscal es crucial para dar certidumbre a las empresas.
Hay una serie de pilares sobre los cuales las empresas toman decisiones de tipo estructural y decisiones de largo plazo, y nuestros países tienen mucho por hacer, desde la infraestructura y los costos hasta la transparencia, la corrupción y desincentivar el tipo de prácticas que cuestan a los trabajadores.
¿Cómo está Colombia con respecto a la región?
Dentro del análisis de los expertos internacionales, Colombia se destaca. El problema es que tú le preguntas a un colombiano cómo se ve y te va a hablar de inflación. Y el empresario te va a hablar de reforma fiscal. Y claro, está la paz que preocupa a todos, pero la inflación y la reforma fiscal son las dos preocupaciones principales.
Eso es desde adentro de Colombia, pero ¿cómo se ve el país desde afuera de América Latina? Usted trabaja con empresarios de toda América. ¿Cómo lo ven?
Con mucha oportunidad, en contraste. Hay casos dramáticos como Argentina, que está en un ajuste severo; Brasil, que va a tener dos años en contracción y uno de no crecimiento, en donde hacer negocios es carísimo y muy complicado. En comparación, Colombia se ve increíblemente competitivo por la apertura y la mano de obra.
Lo que hace falta es demostrar con hechos de que en nuestros países se puede generar empleo formal y bien remunerado, que en nuestros países tengamos universidades públicas y privadas de primer nivel donde se genere talento, y donde las instituciones y el Estado generen certidumbre a los colombianos.
