Cismo en el fútbol mundial. La Superliga nos tiene a todos hablando y con la zozobra sobre lo que pasará, más allá de que todo indica que no se realizará. La guerra entre algunos clubes contra Uefa y Fifa está cazada y habrá muchos más capítulos.
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Eso sí, lo que inició el pasado domingo 18 de abril con un comunicado, parece que terminará sin haber siquiera empezado. Cada hora que pasa indica que el torneo propuesto no será una realidad y quedará como una simple ‘propuesta llamativa’.
Tottenham Hotspur, Manchester United, Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal, AC Milan, Juventus, Inter de Milán, Atlético de Madrid, Fútbol Club Barcelona y Real Madrid se hicieron llamar, en su momento, como los clubes fundadores. Pero de ellos solo quedan merengues y culés.
Los seis conjuntos ingleses y el cuadro colchonero anunciaron de manera oficial su retiro. De igual manera, los dos equipos de Milán dijeron ‘adiós’. Por último, la Vecchia Signora, de quien había dudas respecto a su postura, también tomó la decisión de bajarse del posible certamen.
Una idea que tenía como presidente a Florentino Pérez no prosperó. Por eso, muchos han aprovechado la oportunidad para pronunciarse. Jugadores, exfutbolistas, entrenadores, medios de comunicación, hinchas, mandatarios, partidos políticos y hasta el Vaticano criticaron la Superliga.
¿Cuál fue el mensaje que el Vaticano le dedicó a quienes quieren crear la Superliga?
A través de su diario ‘Osservatore Romano’ y con firma de Gaetano Vallini, el Vaticano dio su opinión sobre el torneo. Allí, no se guardó nada y criticó fuertemente a cada uno de los que tienen como objetivo llevarla a cabo.
«El dinero, el dinero en demasía, a menudo termina por arruinarlo todo, hasta las cosas más bellas. Porque el dinero da la posibilidad de comprarlo todo o casi todo, es el contrario de los sueños.
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Mas que un círculo exclusivo -con los mejores juntado siempre con los mejores- lo que se acaba de presentar parece un grupo excluyente ya que el fútbol, como deporte, debería tener la inclusión como uno de sus valores cardinales
El deseo es que se encuentre el modo de parar este desconsiderado intento que, además de barrer lo poco que todavía queda de creíble en el mundo del fútbol, amenaza con causar daños incalculables a todo el sector, visto el presumible descenso del interés hacia los campeonatos nacionales y copas europeas»
