Quedan pocos equipos, en un par de días serán solo cuatro y en menos de una semana tendremos el nombre de los finalistas. Al mundial le queda poco, pero al mismo tiempo mucho, la parte más emocionante. No son pocas las conclusiones que han dejado, acá van cinco de ellas.
Mundial vs Eurocopa
A partir de octavos de final, este torneo ha tenido dos cuadros bien diferentes. El de la izquierda es de un mundial de fútbol: Brasil, Argentina, Portugal, Francia, Uruguay, una buena Bélgica. El de la derecha corresponde más a la primera fase de una Eurocopa: Rusia, Croacia, Suecia, Suiza, Inglaterra. ¿La culpa? Los resultados inesperados: Alemania se fue en primera ronda, España no pudo contra Rusia, Argentina quedó segunda en su grupo y tomó el camino difícil, Italia ni siquiera clasificó y dio su lugar a Suecia. Por la izquierda el más fuerte parece Brasil, mientras que en la derecha los más fuertes parecieran ser Inglaterra y Croacia. Dos de estos tres deberían ser los finalistas.
Brasil, ¿campeón?
Me lo dijo alguien en marzo: “Si Brasil juega el mundial como jugó las eliminatorias, no solo va a ser campeón, sino que va a ser un campeón notable”. Hasta ahora lo de notable solo a ratos, aunque sí se muestra sólido: seguro atrás, fluido en la mitad y letal arriba. Pinta de campeón sí tiene y si logra sortear el campo minado que le tocó en las rondas de eliminación directa, podría llegar a la final contra un rival no tan fuerte. Afuera de la cancha, Tité ha demostrado ser un líder ejemplar, reconstruyendo a un equipo que sufrió dos golpes duros en tres años: el 7-1 contra Alemania en el mundial pasado y la posterior gestión técnica de Dunga, que pintaba para desastre. Adentro, Neymar desespera porque juega mucho y finge más: durante este mundial se ha pasado catorce minutos en el suelo revolcándose. Sea como sea, es bueno para el fútbol que Brasil esté de vuelta.
Adiós
Sergio Ramos, Piqué, Iniesta, Falcao, Bacca, Cuadrado, Luis Suárez, Cavani, Godín, Messi, Cristiano Ronaldo, Modric, Rakitic, Lewandowski. Todos cracks, todos con treinta años o más. Es posible que esté haya sido el último mundial para casi todos, al menos en plenitud de condiciones. Le dieron al fútbol más de una década en el más alto de los niveles y todavía les queda cuerda para un rato más. Veremos si les dura hasta 2022.
Yerry mina
No llega ni a actor de reparto en el Barcelona, club que pagó por él monedas (11 millones de euros en un mercado que está desbocado) y que le dio apenas 379 minutos de juego en cinco meses. Dicen que su juego no es compatible con el del equipo catalán, pero lo cierto es que en el mundial demostró lo que vale no solo defendiendo, sino yendo a definir partidos. Tres partidos jugó, tres goles decisivos metió, toda una rareza para un defensor central en la historia de todos los mundiales. Barcelona tiene a Lenglet, central francés del Sevilla, casi atado, lo que deja al colombiano en el aire. Media Europa está pendiente de él en caso de que en el Camp Nou no lo quieran, e Inglaterra podría ser su destino para la próxima temporada.
Colombia se crece ante los grandes
No fue malo el mundial de Colombia, tampoco fue bueno. Estamos tan malacostumbramos con Pekerman, que salir de pie en octavos de final ya no nos satisface. Más allá de eso, antes del juego contra Inglaterra se oía decir entre los hinchas que Colombia se crece ante los grandes, lo cual es una afirmación cuestionable. De entrada, es derrotista porque es reconocer el estatus de equipo chico; segundo, es una idea que se repite una y otra vez con el fin de autoconvencerse de que la cosa no está tan difícil, algo parecido al ya clásico “Sí se puede”. Cuando los hinchas corean eso desde las gradas, es que su equipo anda mal, y por lo general termina perdiendo el partido. “Perú se crece ante los grandes” fue lo que les oí a muchos hinchas peruanos luego de perder contra Dinamarca y antes de jugar contra Francia, el rival más difícil de su grupo. ¿Resultado? Derrota y eliminación.
Encima, yo no he visto eso de que Colombia se crezca ante los grandes. ¿De dónde sacan eso? ¿De que le empatamos a Alemania en el 90 para después perder contra Camerún? ¿De que le metimos 5-0 a Argentina hace 25 años y nunca más le pudimos ganar? Hace cuatro años la mejor Colombia de la historia no le pudo ganar al quizá peor Brasil de todos los tiempos, ¿entonces de qué hablan? Hemos crecido, nos respetan, nos miran con otros ojos. El reto es mantenerse, crecer, reemplazar a los jugadores que ya se marchan y dejar a un lado la mentalidad de equipo chico. Llevamos dos mundiales quedándonos afuera por poco y quiero creer que más que una racha es la evolución natural de nuestro fútbol. Veremos qué pasa camino a Qatar.