Somos seres de hábitos, todos tenemos en mayor o menor medida una serie de rutinas y costumbres que día a día nos ayudan a desarrollar nuestras actividades, expresar nuestras emociones y crear una cotidianidad, y cuando repetimos algo constantemente se vuelve parte de nosotros, sea bueno o no, haciéndonos esclavos de nuestras costumbres y dependientes de esos hábitos, ya que cuando tratamos de hacer algo diferente nos sentimos tan extraños que incluso puede darnos miedo o llenarnos de inseguridad.
Y como todo en la vida, hay algunos hábitos que nos ayudan a desarrollar ciertas fortalezas, destrezas o cualidades, y otros que, por el contrario, las limitan, bloquean o terminan prácticamente por matarlas.
Cuando la rutina que tenemos, esos hábitos que día a día hacen parte de nuestro día se nos convierten en una carga, nos hacen sentir cansados física y emocionalmente, cortan nuestra creatividad y drenan nuestra energía, es una señal de la vida que nos dice que necesitamos un cambio. Pero una cosa es saber lo que tienes que hacer y otra es hacerlo, porque no es sencillo desprenderse de la comodidad y seguridad que nos ofrece la rutina, saber que debemos hacer algo y no hacerlo nos deja peor que antes, porque estaríamos asumiendo que nuestra única salida es la resignación.
Por eso, asumir la vida un día a la vez puede ser una de las mejores estrategias para empezar a cambiar esa rutina y romper las cadenas que nos atan a viejos hábitos que no nos dejan fluir y avanzar. Si tratamos de hacer pequeños cambios día a día en los que nuestro objetivo sea simplemente ser un poquito más felices o estar un poco más tranquilos vamos a lograr, con el paso del tiempo, grandes avances.
Cuando damos pequeños pasos de cambio en nuestra rutina, lo que estamos logrando es demostrarnos que las cosas sí pueden ser diferentes sin resultados catastróficos, que las cosas pueden estar bien aún cuando sean diferentes a lo que conocemos, y además de ganar confianza en nosotros, vamos a entender que no porque las cosas se han hecho de la misma manera toda la vida eso significa que esa es la mejor manera o que sea la única y no puedan cambiar.
De esta forma, estaremos entendiendo que el cambio es algo tan natural como inevitable para nuestras vidas, y con esto lograremos aprender que siempre se puede estar mejor, si decidimos aprender de cada situación y crecer gracias a esas enseñanzas y con esos cambios, en vez de aislarnos y encerrarnos en la que parece una segura rutina día tras día.
*Las opiniones expresadas por el columnista no representan necesariamente las de PUBLIMETRO Colombia S.A.S.