La dirigente de la asociación Corporación Sembrar Gladys Rojas Sierra y el dirigente agrominero Narciso Beleño Belaides explicaron los pros y contras del proceso de paz entre el Ejecutivo y la guerrilla.
Ambos se felicitaron por el acuerdo, que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado en Colombia porque eso supone salvar vidas y abrir nuevas expectativas, pero advirtieron de que, más que pretender la paz, lo que ha hecho el Gobierno es promover «la pacificación, que es distinto», en palabras de Narciso Beleño.
«Es la pacificación no sólo con la guerrilla, sino también de los movimientos sociales y todo lo que hace (Santos) va dirigido a eso, no a construir una propuesta de paz», en opinión de Beleño, quien añadió que el Gobierno «no está interesado en ver las necesidades de cada región».
En palabras de Gladys Rojas es «incoherente y contradictorio que el Gobierno gaste más en defensa y armamento que en inversión social», una actitud que acompaña al hecho de que «se criminaliza la protesta social, cualquier iniciativa de reclamar derechos es reprimida».
Al mismo tiempo hay «judicialización» contra líderes sociales, a los que en ocasiones se vincula con grupos guerrilleros y también son objetivo de los paramilitares, hasta el punto de que, según estos líderes, más de medio centenar de activistas han sido asesinados en el último años.
Según Rojas, el Gobierno niega la presencia de paramilitares, pero están presentes en algunas zonas del país para «garantizar rutas para el narcotráfico o dedicarse a la persecución de dirigentes sociales».
Uno de los puntos principales de las negociaciones de paz fue el de la distribución y el uso de la tierra.
La dirigente de Sembrar asegura que ahora se está viendo cómo sustituir los cultivos de coca por otros productos, pero apunta que los campesinos tienen dificultades para vender sus cosechas y subsistir, por lo que el proceso ha de tener todas las garantías.
En 2018 habrá elecciones presidenciales y parlamentarias y estos dirigentes esperan que algunas de sus reivindicaciones sean recogidas por los candidatos.
Los dos han realizado una gira por Europa, que les ha llevado a Ginebra, Berlín, Bruselas y ahora varias ciudades españoles con el objetivo de explicar su visión del postconflicto.
A España han llegado con la ayuda de la ONG Paz con Dignidad, que trabaja en varios países latinoamericanos