Según el Observatorio de Seguridad de Cali, entre el 1 de enero y el 14 de abril del 2018 se han registrado 25 homicidios de mujeres en la ciudad, de los cuales 9 han sido tipificados por la Fiscalía como feminicidios.
Entre las víctimas recientes está Jhanny Esquivel, de 28 años, quien fue asesinada el pasado 4 de abril por su exesposo. Dos semanas después, sus familiares recibieron una citación de la Fiscalía dirigida a Jhanny, en la que le pedían hacer presencia “DE FORMA INMEDIATA” para que aportara datos nuevos a la investigación.
Pero también está el caso de Laura*, de 26 años, quien tuvo un parto prematuro en el 2015 porque una golpiza de su novio la mandó al hospital. Luego de dos años de maltrato físico y verbal accedió a denunciarlo. Ahora, seis meses después, el hombre continúa libre.
En el Distrito de Aguablanca, Susana*, de 22 años, contó con el apoyo de su mamá para demandar a su expareja cuando la amenazó de muerte. Pero el calvario no había empezado ese día: durante los siete años que vivieron juntos, el hombre la maltrató verbalmente incluso delante de sus dos hijos.
“Pasamos ocho días buscando un lugar en el que nos recibieran la denuncia. Fuimos a tres sedes de la Fiscalía y de la Policía, pero en todas nos decían que ahí no era. Mi hija ya lleva ocho días en el albergue de Casa Matria con los niños, pero no vemos ningún avance en el proceso judicial”, dice la madre de la joven.
Y en el barrio Junín, centro de Cali, Claudia* se armó de valor para llevar a la comisaría de familia una denuncia por maltrato físico y verbal. Dos semanas después la citaron junto a su esposo: “Nos dijeron que eran problemas de pareja y que mejor arregláramos por las buenas”, recuerda la mujer.
Según Ana Carolina Quijano, subsecretaria de Equidad de Género de Cali, las violencias física o sexual llegan después de que la víctima ya ha sufrido otros tipos de agresiones como la económica, patrimonial y psicológica.
“La violencia pasa por unos ciclos que se potencian. Generalmente una agresión física no sucede porque sí, por lo general la preceden otros tipos de violencia. El problema es que hay una normalización histórica de ciertas prácticas: muchas mujeres creen que es normal que sus parejas les peguen, les revisen el celular, las humillen, etc.”, dice la subsecretaria.
¿Funcionan las rutas de atención?
Cuando una mujer decide poner en conocimiento de las autoridades su condición de víctima de violencia intrafamiliar inicia un proceso que puede tardar varios meses, incluso años. Muchas se quejan de la inoperancia de la Fiscalía, pues no obtienen respuestas que les permitan sentirse seguras y protegidas.
Para la intendente Marly Alejandra Bernate, líder de la Estrategia integral de protección a la Mujer, Familia y Género (Emfag), las tardanzas en algunos procesos judiciales pueden deberse a que la Fiscalía tiene que responder a un gran número de denuncias que en ocasiones se podrían manejar por otras rutas.
“Mucha gente deja de lado el Código Nacional de Policía y todo lo convierte en un tema penal. Hay problemas de convivencia que pueden ser conciliables. Como en un principio los operadores judiciales no conocen el trasfondo de las situaciones, deben atenderlas todas y no se pueden enfocar en aquellas que son urgentes”, explica Bernate.
Por otra parte, comenta que el error que cometen algunos comisarios de familia es citar a la víctima y al agresor muy pronto, sin tener en cuenta que hay un conflicto y que puede ser contraproducente reunirlos en el mismo lugar: “Primero se debe estabilizar a las personas, analizar el riesgo y luego citarlas”.
Desde su labor en el área de prevención, la intendente participa en campañas dirigidas a mujeres y a hombres: “Vamos a empresas donde la mayoría de empleados son hombres para contarles el riesgo que corren si atacan a un familiar. Les hablamos del alto índice de feminicidios pero también de las capturas, condenas, etc.”.
En el trabajo con la comunidad, Bernate enfatiza en la importancia de educar niños que no fundamenten sus conductas en el machismo. Cuando se establecen ciertas labores que son solo para las mujeres, dice, se están marcando las diferencias que fortalecen el patriarcado.
“En toda agresión hay una falla de salud mental, de situaciones emocionales que se tienen que evaluar. Ante un problema, las mujeres lloramos y nos desahogamos. Ellos prefieren acumular sus sentimientos y por eso tienen reacciones indeterminadas. No es gratuito que la mayor cantidad de suicidios sea de hombres”, comenta la intendente.
¿Qué puede hacer una víctima de violencia intrafamiliar?
En caso de que la violencia sea física o sexual, la ruta inicia en el centro de salud más cercano. Ahí se activará un ‘código rosa’ que garantiza que la mujer sea atendida de forma integral y directa, y que no le cobren ni siquiera el copago. La misma institución se encargará de dar aviso a la Fiscalía para iniciar la ruta legal.
Si hay violencia física que no requiera atención inmediata o cualquier otro tipo de violencia, la víctima puede acudir a dos entidades: a la Fiscalía, para abrir un proceso penal, o a las comisarías de familia, donde se definirá qué hacer con los hijos (en caso de que los haya), entre otros asuntos. Ambas instituciones están conectadas.
Cuando la persona es una potencial víctima de feminicidio (ya sea por una amenaza o porque la situación así lo sugiera) se lleva a un albergue de la Alcaldía de Cali en el que permanece con su núcleo familiar hasta que la situación esté controlada. Ahí recibe todo el apoyo legal y psicológico de Casa Matria.
Una vez puesta la denuncia, las autoridades recomiendan que se tomen medidas de autocuidado: “cambiar la clave de las puertas, andar acompañadas, tomar rutas y horarios distintos, llevar ropa ligera en caso de que necesite correr y alertar a los familiares y vecinos por si sucede algo”, resalta la intendente Bernate.
Para que sea considerado un caso de violencia intrafamiliar, el agresor tiene que ser parte de la familia: el cónyuge o compañero permanente, el padre o la madre, hijos biológicos o adoptivos y todas las demás personas que convivan de forma prolongada con la víctima.
En situación de emergencia es posible comunicarse con la línea 123 para que la Policía se encargue del asunto. Para asesoría legal en temas de violencia intrafamiliar está dispuesta la línea 155, que funciona a nivel nacional las 24 horas desde teléfonos fijos y móviles.
Para apoyo psicológico y orientación en el proceso en Cali está la Casa Matria. Publimetro se comunicó con el lugar y el cupo disponible más próximo es el 3 de mayo. Sin embargo, sus funcionarios son enfáticos en que los casos urgentes deben llevarse a la Fiscalía o a las comisarías de familia.
¿Y si la víctima es una conocida?
Tal como lo indica la Ley 1257 de 2008, una de las obligaciones de la sociedad es “Denunciar las violaciones de los derechos de las mujeres y la violencia y discriminación en su contra”. Esto indica que cualquier persona puede poner en conocimiento de las autoridades un caso de violencia intrafamiliar.
Luego de la denuncia hecha por un tercero, le corresponde a la víctima seguir con el proceso legal. Si no accede, el caso llegará hasta ese punto.
¿Qué pasó con Jhanny Esquivel?
El 26 de febrero del 2018, Jhanny acudió a la Fiscalía para denunciar a su esposo por una amenaza. “Me dijo que no fuera a dar papaya con otro hombre y que en cualquier momento él me mataba a la más mínima sospecha. Me pegó un puño en las costillas y de nuevo me pegó otra vez en la cara”, dijo en su declaración.
El 19 de abril, el ente investigador compartió un comunicado en el que afirmó, entre otras cosas, que la mujer se presentó en la Sijín el 2 de abril para rendir entrevista y ahí manifestó «no sentirse en riesgo inminente y/o bajo amenaza por parte del señor Kevin Rosero, con quien llevaba un trato amable y cordial por sus hijos».
«En la misma entrevista, la señora Jhanny Esquivel manifestó no querer continuar con la investigación adelantada por el delito de violencia intrafamiliar ni tampoco «querer perjudicarlo, ya que él se iba para otro país y ella podía quedar tranquila y en compañía de sus hijos»», añade el comunicado.
La versión de la intendente Alejandra Bernate indica que Jhanny abandonó voluntariamente el albergue de Casa Matria y se fue a vivir con un familiar en el sur de la ciudad, pero casi todos los días iba a ver a sus hijos, que estaban bajo custodia de los padres de su exesposo cerca de donde ocurrió el feminicidio.
“Ella tenía medida de protección en El Limonar, pero cuando visitaba a los niños en el norte corría el riesgo de que su agresor la viera… Así fue que él la encontró y empezó a rogarle para que volvieran”, cuenta Bernate.
“Como el señor iba a viajar a España y necesitaba los papeles, ella se presentó con él en la Fiscalía 24 horas antes del crimen para pedir que no continuaran con ningún proceso. Actuó de buena fe esperando que él se pudiera ir del país y no tener más problemas”, añade la uniformada.
Después de asesinarla con cuatro disparos, el exesposo y padre de los dos hijos de Jhanny se disparó en la cabeza. Murió horas después en un hospital.
Las cifras:
- 853 denuncias por violencia intrafamiliar entre parejas recibió la Fiscalía en Cali entre el 1 de enero y el 31 de marzo del 2017.
- 1352 de las 3915 denuncias puestas en el 2017 quedaron inactivas porque la víctima concilió o no atendió las citaciones.
El dato:
«Si una mujer es agredida físicamente por el novio o por una persona con la que no convive deberá poner una denuncia por lesiones personales, no por violencia intrafamiliar»: intendente Marly Alejandra Bernate, líder de la Estrategia integral de protección a la Mujer, Familia y Género (Emfag).
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