En los primeros siete meses del año, 379 mujeres en Cali fueron diagnosticadas con cáncer de mama. Aunque la tasa de mortalidad por esta causa ha disminuido (pasó del 19% al 14% en los últimos 10 años a nivel nacional), los médicos le siguen apuntando a una detección temprana que permita iniciar un tratamiento a tiempo. Y es que a pesar de ser una enfermedad tan común, todavía existen muchos tabúes, temores e ignorancias que insisten en mantenerla a la sombra.
Enterado de la situación y luego de haber trabajado 20 años en un hospital del oriente de la ciudad al que las mujeres llegaban con cáncer de seno en avanzado estado, el médico especialista Luis Alberto Reyes fue pionero con un proyecto que instaló en el hospital San Juan de Dios desde el 2012. Con el apoyo de instituciones públicas y privadas creó el primer ‘Consultorio rosado’ de Cali, un espacio en el que las personas con sospecha de cáncer en su sistema reproductivo reciben valoración sin cita previa y son apoyadas en todo el procedimiento en caso de que el diagnóstico resulte positivo.
“La idea es que haya una puerta por la que se pueda ‘entrar’ al sistema de salud cuando hay una enfermedad tan grave como el cáncer de mama o cérvix. Si no tenemos esa puerta, la gente se queda dando vueltas y se desgasta esperando quién la atienda. Sabemos que una detección temprana brinda posibilidades de actuar, pues para que una masa en el seno alcance un centímetro tienen que pasar ocho años. Después de esto, cada 100 días se duplica el tamaño”, asegura el doctor Reyes.
En el ‘Consultorio rosado’ se atienden un promedio de 30 personas cada día, de lunes a viernes, en orden de llegada y de manera gratuita, sin importar el servicio de salud que tengan. Con frecuencia, cuenta el médico, llegan mujeres desplazadas o habitantes de la calle que no tienen seguridad social, pero también son atendidos y se les apoya en los trámites de afiliación al Sisbén. El examen dura cerca de 15 minutos y, en caso de requerir otras pruebas médicas para descartar o comprobar la enfermedad, allí mismo se radican las órdenes para agilizar los procedimientos con las IPS.
Desde la Secretaría de Salud municipal, además de los tres consultorios rosados que hay en Cali, existe otro proyecto que nació de una cooperación internacional: se trata de ‘Manos que salvan vidas’, un programa de capacitación a mujeres invidentes para que practiquen el examen de seno en cuatro centros de salud de la ciudad y aprovechen su avanzado sentido del tacto para detectar masas dudosas. Además de esto, en los 45 minutos que dura la consulta, las examinadoras táctiles hablan con las pacientes acerca de los factores de riesgo de esta enfermedad y las instruyen para que estén al tanto de cualquier anomalía.
Desde su puesta en funcionamiento en enero del 2013, por el ‘Consultorio rosado’ del hospital San Juan de Dios han pasado cerca de 25.000 pacientes. En Colombia hay 72 consultorios con estas características.
Para que la gente se entere de la existencia de los consultorios rosados y de la importancia de hacerle seguimiento a cualquier sospecha de cáncer o anomalía en el sistema reproductivo, la estrategia es aún más completa: en los barrios se hacen intervenciones a través de los grupos formados, como asociaciones de madres de familia o grupos de la tercera edad, con el fin de instruir a sus integrantes sobre sus derechos de salud, síntomas de alerta y rutas de atención.
No es un asunto solo de mujeres
El cáncer de mama ataca con mayor intensidad a la población femenina, pero los hombres no se salvan. “La incidencia en los hombres es mucho menor. Sin embargo, siempre que un hombre tenga una lesión o un nódulo palpable en el seno debe realizarse una radiografía y ser valorado por un mastólogo. En Cali, el año pasado tuvimos cinco casos de cáncer de mama en hombres y el problema es que como muchos no lo tienen en cuenta, llegan cuando ya tienen la enfermedad muy avanzada y los tratamientos no son tan efectivos”, asegura el doctor Juan Pablo Molina, cirujano de seno y tejidos blandos.
En su consultorio en el norte de la ciudad, el doctor Molina atiende una población variada: si bien la mayoría de sus pacientes son mujeres mayores de 40 años, en el 2017 ha tratado a tres jovencitas de 20 años con tumores cancerígenos en sus senos. Por eso insiste en que el autoexamen es una práctica obligatoria en todas las mujeres y en que deben acudir a un especialista al momento de notar cualquier anomalía. “Nosotros preferimos que aumenten las consultas y no que aumenten los casos”, dice Molina.
Las mujeres mayores de 40 años tienen derecho a un examen clínico al año, sin importar el régimen de salud al que pertenezcan. Después de los 50 años se deben realizar la mamografía cada dos años.
Factores de predisposición
De acuerdo con el doctor Juan Pablo Molina, no existe una forma de prevenir el cáncer pero sí hay ciertos factores que ayudan a encender las alarmas con anticipación.
- Antecedentes familiares. “Si hay un familiar en primer o segundo grado que haya padecido esta enfermedad, es importante iniciar los controles 10 años antes de la edad en la que se le descubrió al pariente”.
- Población negra. “Por la configuración genética, los afrodescendientes tienen una predisposición un poco más alta al cáncer de mama”.
- Obesidad. “Los pacientes con obesidad aumentan el riesgo de padecer cáncer de seno. Deben mejorar sus hábitos alimenticios”.
- Radioterapias. “Quienes hayan recibido en su infancia radioterapia en la pared del tórax quedan con predisposición al cáncer de mama”.
Mitos
Por otra parte, se multiplican también ciertos mitos que generan confusión. Estos factores no inciden en el desarrollo del cáncer de mama.
- Tomar leche o consumir carnes rojas. En exceso, estos alimentos pueden causar molestias en la salud, pero un consumo moderado no los hace peligrosos.
- Amamantar. Estudios en la India han demostrado que, de hecho, algunas mujeres lactantes crean una barrera de protección contra el cáncer de mama. Sin embargo, tampoco es algo comprobado a nivel mundial. En todo caso, alimentar al bebé con leche materna no genera predisposición al cáncer de mama en la madre.
- Practicarse biopsias. Se equivocan las mujeres que creen que una biopsia puede ‘despertarles’ el cáncer. Estos procedimientos se hacen con todas las medidas de seguridad.
- Ponerse implantes en los senos. Mientras haya exámenes previos que no evidencien ninguna anomalía, la mamoplastia de aumento no se relaciona con el cáncer de seno.
- Usar desodorante o brassieres con varilla.