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El papamóvil: la camioneta hecha emblema de la visita de Francisco

Cuando usted lea este artículo, probablemente ya habrá visto al papa Francisco en un vehículo blanco, dándole la bendición a millones de colombianos. Jorge Mario Bergoglio, bendiciendo y saludando a los colombianos desde la silla de un papamóvil, será una de las imágenes más repetidas y, para millones, la más duradera y más cercana de la visita de Su Santidad a Colombia.

Por eso atrae tanto la atención el papamóvil. Para los fieles que verán por televisión o en las calles de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena al Sumo Pontífice, la mayor parte del tiempo esta vista será a través de una camioneta Chevrolet. El vehículo se convierte en un emblema de la visita papal.

¿Qué es un papamóvil?

Hasta el pontificado de Juan Pablo I, en 1978, los sumos pontífices se movilizaban dentro del Vaticano en una “sedia gestatoria”; una especie de trono elevado que era cargado por varios sacerdotes a las ceremonias papales en las basílicas de San Pedro y San Juan de Letrán. Esta silla elevada era usada también en las procesiones en Roma, para que los fieles vieran a Su Santidad.

Justamente, el “papamóvil” es el reemplazo de esta “sedia gestatoria”. Juan Pablo II pidió un vehículo de motor abierto para estar cerca de los fieles en la plaza de San Pedro. En un principio usó Fiat Camapgnola, camperos del Ejército de Italia, para bendecir a los feligreses. El atentado que sufrió en 1981 obligó que estos vehículos se reemplazaran por Mercedes- Benz Serie G, blindados con vidrio antibalas para darle seguridad y que pudiera ser visto.

Durante sus viajes en el mundo, los papas siempre han sido seguidos por miles de personas, aunque también su carácter de jefes de Estado les daba un carácter de visita diplomática. Como tales, muchas veces las visitas de los pontífices a otros países incluían procesiones en vehículos convertibles como Rolls-Royce, Cadillac o Mercedes-Benz.

Para la visita de Pablo VI a Nueva York en 1965, Ford donó un Lincoln Continental adaptado por Lehman-Peterson. El vehículo tenía un trono en la parte superior y un techo transparente: a pesar de los riesgos de seguridad luego del asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963, el deseo de los católicos norteamericanos de ver al papa fue más fuerte.

Otros eran vehículos más sencillos: en la visita de Pablo VI a la India en 1964, usó un jeep construido localmente. Juan Pablo II se movió en camperos Range Rover para sus visitas al Reino Unido, en jeeps de la Segunda Guerra Mundial durante la visita a Filipinas, y hasta en camiones, como un minibús Mercedes-Benz que utilizó Juan Pablo II en su visita a Chile de 1987.

Los papamóviles colombianos

En la visita de Pablo VI a Colombia en 1968, los encargados decidieron pedir la limusina Lehman-Peterson hecha para el papa en 1965. Había sido usada para transportar astronautas en desfiles por Chicago luego de sus hazañas en el espacio, pero durante una semana estuvo en Colombia al servicio del Vaticano.

A bordo de esta limusina, Giovanni Montini fue el primer obispo de Roma en las calles de una ciudad de América Latina, y bendijo a millones de católicos colombianos y latinoamericanos. No fue este su único papamóvil: en una misa que dio a las afueras de Bogotá el 23 de agosto de 1968, el sumo pontífice llegó en  un Jeepster Commando.

Para la visita papal de 1986, se alistaron tres camperos Land Rover Santana blindados. A pesar de los riesgos de seguridad de esos años, Karol Wojtila ordenó abrir las ventanas para estar más cerca de los millones de fieles que lo acompañaron en sus visitas a 10 ciudades del país. En Chinchiná y Armero también utilizó camionetas Chevrolet LUV sin blindaje, para acercarse a los feligreses.

Un nuevo papamóvil

En esta oportunidad, los vehículos serán tres Chevrolet Traverse, el tope de la gama de la marca del corbatín. Estas fueron adaptadas por unos 50 trabajadores de GM Colmotores en el sur de Bogotá, y entregadas el pasado 28 de agosto al presidente Juan Manuel Santos para ser distribuidos a las ciudades donde se realizarán las visitas papales.

Francisco cuenta en su papamóvil con una silla hidráulica para poder elevarse y ser visto mejor por la multitud. También tiene costados abiertos, para poder acercarse mejor a los fieles y, en cualquier momento, detenerse a saludar y bendecir a los asistnetes. Tendrá una escalera y barandas para que pueda subirse con facilidad.

En su interior, lo acompañarán dos asesores de la Conferencia Episcopal Colombiana, órgano rector de la Iglesia Católica en el país, así como miembros de seguridad. A su alrededor, habrá otros vehículos de la comitiva, con agentes de la Gendarmería Vaticana y de las Fuerzas Armadas colombianas. Los tres están decorados con su escudo papal, y tienen la placa “SCV 1”, que los identifica como vehículos oficiales del Vaticano.

Cada uno de los tres papamóviles tendrá un detalle particular. Uno tiene la frase “hecho con mucho cariño por manos colombianas”, que recuerda la adaptación que los empleados de Colmotores hicieron a esta camioneta fabricada en México. Otro llevará la Virgen de Chiquinquirá en un emblema. Y otro más tendrá el escudo de San Lorenzo, el equipo del que es hincha Su Santidad.

No será el único papamóvil que use Francisco: en Medellín, se verá al sumo pontífice montado en un motocarro Auteco, el cual llevará a Jorge Mario Bergoglio desde el avión que lo transportará por el país hasta la misa campal que dará en el Aeropuerto Enrique Olaya Herrera.

El motocarro que llevará al papa Francisco por Medellín

A bordo de este papamóvil, Francisco será visto por millones en las calles de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Después del 10 de septiembre, los vehículos serán donados a la Conferencia Episcopal, y es posible que sea usado en otras visitas. Tal y como ocurrió con la limusina Lehman-Peterson, miles de personas más podrán ver al sumo pontífice en un vehículo hecho por manos colombianas.

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