Continúan las opiniones y las muestras de solidaridad con los jóvenes que tendrían que pagar una multa de $883.000 por comprar empanadas en un negocio ambulante, en Bogotá.
Uno de los implicados sostiene que los uniformados esperaron a que él y sus compañeros pagaran los fritos para ponerles una orden de comparendo por promover la ocupación del espacio público.
No obstante, otra es la versión de los policías que multaron a jóvenes por comprar empanadas en la calle.
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Según los patrulleros, todo sucedió en el marco de un procedimiento de control al espacio público para cumplir una tutela que ordenaba retirar las ventas ambulantes.
“Cinco ciudadanos se acercaron a comprar los productos (empanadas). Los policías les advirtieron del procedimiento y les pidieron abstenerse de realizar la compra, teniendo en cuenta que esta actividad ‘promueve o facilita el uso indebido del espacio público’, de acuerdo al artículo 140, numeral 06 de la Ley 1801 de 2016, Código Nacional de Policía y Convivencia”, explicó la Policía.
Después de la advertencia, argumenta la entidad, los jóvenes no hicieron caso y compraron las empanadas.
Fue en ese momento que recibieron la orden de comparendo, lo mismo que sucedió con la señora que manejaba el negocio.
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Ante esta versión en defensa de los policías, uno de los jóvenes multados le aseguró a El Espectador que la autoridad mentía.
«Nosotros pasamos y no nos dijeron nada. Esperaron a que compráramos y cuando estábamos comiendo nos pidieron las cédulas», contó el afectado, quien aseguró que los patrulleros tienen un video del procedimiento.
Por lo pronto, las órdenes de comparendo deberán ser estudiadas por un inspector de policía, quien será el que define si se cobra o no la multa.
Este procedimiento podría tardarse varios meses.
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