¿Cuál ha sido la mayor reflexión que han hecho después de lo que le pasó a Tatiana?
El olvido es algo terrible. Somos un país que olvida rápido y somos mediáticos. Se publica por tres días todo lo que pasó, pero después no pasa nada y uno se queda con la familia y los más allegados, dándose apoyo. Recibimos apoyo psicológico de la empresa de Miguel y de la funeraria Los Olivos, con el señor Paulo Acero, que sabe mucho del manejo del duelo en Colombia, ahí soltamos muchas cosas. Para nosotros ese fue un gran servicio que se nos desinteresadamente, porque después de un episodio de estos, la vida cambia totalmente y solo nos queda la misericordia de Dios. Creemos que Dios nos ha ayudado a encontrar ángeles en el camino, pero la sociedad colombiana es como dice un tango de Gardel: “Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor (…) Que al mundo nada le importa, ‘yira yira’”.
Para nosotros es muy lindo tener la posibilidad de decirle a las personas que no olviden. Nos cambió la vida, así como a otras familias, y por eso a veces se necesita de un abrazo, de una palabra de afecto y a nosotros no nos ha faltado, pero hay otros que están en el olvido.
¿Qué decir de las instituciones?
Tuvimos su apoyo. El CTI, en cabeza del investigador Marco Aurelio Vásquez, nos apoyó mucho para dar con el paradero de los dos hombres que le hicieron eso a ‘Tata’; la Policía también tuvo mucha dedicación para dar con ellos, porque se habían volado e incluso montaron una fachada ante los medios, pero afortunadamente la justicia demostró que Kevin estaba involucrado, así como el otro muchacho.
Buscamos la ayuda de la Defensoría del Pueblo y afortunadamente la recibimos, porque estuvieron con nosotros hasta el último momento. De hecho, hace unos meses nos dijeron que se había definido la última parte con Kevin, porque con ellos no hubo reparación y entiendo que eso les cierra las puertas. Damos gracias a Dios que están condenados y en la cárcel, aunque siempre hay un pero.
¿Cuál pero?
Lo que pasa es que uno no entiende por qué la ley da beneficios. En nuestro caso hubo ayuda de la justicia, hubo diligencia y eficacia en sus métodos, tanto así, que el día que el CTI iba a expedir una boleta de la Interpol para dar con Luis Eduardo, lograron capturarlo en Maicao. Pero como víctimas no entendemos por qué esas personas que hicieron el daño, puedan tener un preacuerdo. Sabemos que los fiscales, los jueces y todos actúan de acuerdo a la ley, la misma que da rebajas de penas si se confiesan los cargos y ahí no estamos de acuerdo, creemos que eso debería replantearse. Por eso es que cada semana un noticiero o un diario abre con un nuevo caso de feminicidio o violación. Y es que la justicia contempla un máximo de 60 años, pero si en este momento confiesan les dan el 50% de descuento. En el caso de ‘Tata’, la abogada de la Defensoría del Pueblo logró que fuera del 40%.
Nos gustaría enviarle un mensaje a los colombianos y es que debemos exigirle a nuestros legisladores que esas penas sean conmutables, que no tengan rebajas y que no tengan beneficios cuando se demuestre que hubo maldad y ganas de dañar al ser humano como pasó con nuestra hija, como ha pasado con otras mujeres.
Es que esto de que matan a las mujeres se nos volvió normal, nos acostumbramos a eso y no puede ser, porque la vida debe respetarse sobre todas las cosas, pero sabemos que las autoridades actúan de acuerdo a la ley.
¿Qué piensan de las leyes como la Rosa Elvira Cely?
Es que sentimos que falta más divulgación de la ley. Si bien es cierto que las penas se han endurecido, insistimos en que la misma ley tiene unas prebendas y no estamos de acuerdo con eso. Es que dudamos que una persona que actuó con sevicia y maldad se pueda comportar de otra manera. Lo más sano para esta sociedad es que ellos paguen la pena máxima que dé la ley, sin posibilidad de beneficios, que no se busquen excepciones, porque las mujeres, y en general la sociedad, son vulnerables.
También nos ponemos del otro lado, pensamos en qué sentirán los papás de estos muchachos, y es ahí cuando pensamos en que debe haber más educación empezando desde las familias. No le hicimos daño a ellos y no debemos aceptar lo que nos hicieron, pero sentimos mucho lo que pueda pasar del otro lado, aunque sentimos más lo que nos pasó a nosotros. Ya los juzgó la ley, pero que los perdone Dios, porque cuesta mucho.
Ustedes hablan de más pedagogía…
Sí, que los colombianos conozcan la ley y que empecemos a educar porque no podemos seguir viviendo en esa sociedad en la que el hombre piensa que las mujeres son propiedades; hay que trabajar en familia, con los niños para que no permitan que los lastimen.
¿Cómo hay que recordar a Tatiana?
A veces no podemos ver fotos de ella porque lloramos y nos da frustración, pero la recordamos con mucho orgullo. Era una niña echada para adelante, fue capaz de quitarse el pan de la boca por Kevin, una y otra vez, y lo ayudamos por ella. ‘Tata’ tenía en su corazón el servicio y la compasión, ella entregó su vida por él. Nuestra hija era muy feliz, tenía sueños, ‘Tata’ dejó un legado. Siempre decimos que ni una menos.
¿Cómo se enfrentó Sofía a la muerte de su hermana?
Fue duro, pero ella es una niña muy fuerte y nos une como familia. Nos da abrazos y le va muy bien en el colegio, entonces la vida nos compensa con otras cosas y con la belleza de Sofía como persona. A veces nos pregunta por ‘Tata’ y le enseñamos que ella tiene que respetar, que no debe agredir a nadie, pero que tampoco se debe dejar agredir y siempre exigir respeto. Le enseñamos a que a las mujeres y a las niñas se les debe respetar.
¿En algún momento hablaron con Kevin y Luis Eduardo?
Nunca. De nuestra parte no hay rencor, pero perdonar no podemos. Aunque no hay un mal pensamiento hacia ellos y nos sentimos agradecidos porque están condenados, muchas personas no han encontrado esa justicia y debería haber interés por las autoridades en resolver casos como el Luisa Fernanda Ovalle, por ejemplo.
Ellos fueron condenados, ¿pero creen que hubo justicia verdadera?
No, porque no debieron darles rebaja. Es que toda la vida vamos a llevar ese dolor. Las penas deben ser más duras para que la gente sepa a lo que se enfrenta, falta un sistema carcelario correctivo, porque allá hay seres humanos que necesitan ayuda, aunque hayan cometido un error.