Sentados, tecleando y atentos a cualquier tipo de emergencia que se reciba por medio de la línea 123, están los Policías que trabajan en el Centro de Comando de Emergencias en Bogotá o el C4, como lo conocen.
La vista siempre está puesta en los mapas de la ciudad y en la cámaras de seguridad para actuar lo más rápido posible. Y es que si bien los bogotanos tienen esa percepción de inseguridad en la ciudad, contar con un centro de este tipo adelanta a Bogotá por lo menos diez pasos en comparación con otras y garantiza que, de una u otra forma, habrá alguna reacción.
El C4 funciona como un cerebro: todo, absolutamente todo, está conectado. Allí convergen la Línea 123, al Cuerpo Oficial de Bomberos Bogotá, al Instituto Distrital de Gestión y Riesgos – Idiger, y en los últimos días al Centro Automático de Despacho CAD de la Policía Nacional.
“Este es el resultado de un gran trabajo que estamos adelantando desde 2016, cuando trasladamos a este edificio la operación de la Línea de Emergencias 123. Este es un hecho muy importante para Bogotá, esta integración física nos permite comunicarnos mejor, compartir información y tomar mejores decisiones a la hora de atender situaciones de emergencias», explicó Daniel Mejía, secretario de Seguridad.
Para consolidar este cerebro de las emergencias de la ciudad, en el que trabajan alrededor de 500 operadores y policías, se han invertido cerca de $130.000 millones.
Al C4 también se une un sistema de radios troncalizados para que ahora las agencias de seguridad y emergencias se comuniquen entre sí en tiempo real. “Hoy le entregamos a la ciudad un sistema de radios de comunicaciones basado en el estándar internacional Astro, el más alto del mundo, que ha sido implementado en ciudades como Nueva York y Londres”, aseguró Mejía, quien además señaló que la inversión para este sistema fue de $15.000 millones.
Eso sí, si bien la inversión es necesaria, los ciudadanos esperan que se invierta bien y que los delitos que hoy azotan a la ciudadanía finalmente se reduzcan.