¿Quién decide lo que se enseña en las aulas?
En principio pensaríamos que son las autoridades educativas correspondientes.
Pero en Florida, Estados Unidos, no está tan claro.
Los esfuerzos de un grupo de ciudadanos para cambiar lo que consideran adoctrinamiento en las escuelas han convertido a este estado de Estados Unidos en un modelo a seguir para quienes creen que las élites liberales dominan las instituciones educativas.
Para ellos, las familias deben tener más influencia en lo que se enseña a los estudiantes.
Nueva ley
Este movimiento, encabezado por grupos conservadores, lleva muchos años activo en el país, pero volvió a cobrar importancia el año pasado con la aprobación de una ley en Florida que le otorga, no solo a los padres de los alumnos sino también a cualquier residente de los 67 distritos escolares del estado, el derecho a cuestionar el material didáctico utilizado en las escuelas públicas.
Cuando se presenta un reclamo formal, el distrito está obligado a nombrar a un supervisor independiente para revisar el caso. En función de su análisis, el material puede llegar a ser retirado.
Esto quiere decir que cualquier persona, aunque no tenga niños en edad escolar o conocimiento alguno sobre la disciplina en cuestión, puede poner en tela de juicio libros, listas de lectura, DVD y otros materiales de la biblioteca de la escuela.
"Todos los legisladores con los que conversé entienden que si los contribuyentes están pagando la cuenta, ellos deben tener voz sobre lo que se está enseñando en las escuelas públicas", le explicó a la BBC el pastor Rick Stevens, uno de los directores de la Alianza de Ciudadanos de Florida, el grupo que ideó y presionó para que se aprobase la ley.
"Adoctrinamiento"
La aprobación de esta ley fue recibida con recelo, sobre todo por profesores y científicos, que temen un impacto negativo en disciplinas relacionadas con la ciencia.
Según sus críticos, entre los principales objetivos de esta clase de iniciativas está el forzar a los maestros a presentar "dos visiones" de temas en los que hay consenso científico, como por ejemplo la evolución y el cambio climático.