Algo extraordinario ocurrió tras la crisis financiera que estalló hace 10 años en Estados Unidos y se propagó por el mundo: América Latina evitó ser golpeada duramente por el colapso.
La forma en que la región logró escapar de los peores efectos de esa crisis contrasta con lo ocurrido en Estados Unidos y Europa, donde la Gran Recesión caló más hondo.
Lo que sucedía hace una década desentona con la propia historia de América Latina, tradicionalmente mucho más sensible a las crisis en los países desarrollados.
Se trata, por ejemplo, de la región del mundo en desarrollo que más sufrió la desaceleración en los países industrializados tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU.
Según Arturo Porzecanski, economista de la American University, 2008 pudo haber sido la primera vez desde la época de la independencia de los países latinoamericanos en que una gran contracción económica y calamidad financiera en el mundo industrializado ocurrió sin dejar una crisis de deuda, divisas o bancos en la región.
Y quizá esas experiencias previas hayan marcado la diferencia.
"Aprendimos muchas cosas", dice Porzecanski a BBC Mundo.