Rodrigo Denardi Vicentini, de 31 años, llegó a Rusia para ver el Mundial de fútbol con un pasaporte italiano falso.
Vivía y trabajaba en Reino Unido, pero la Interpol -la mayor organización de policía internacional- le buscaba desde hacía más de dos años. Por eso tenía una orden de arresto internacional.
Al brasileño se le acusa de una serie de asaltos y robos pandilleros en oficinas de Correos en Espírito Santo, al sureste de Brasil, valorados en más de US$590.000, según el diario brasileño O Globo.
Sobre él pesan cargos de robo calificado y de asociación criminal armada, cuyas penas suman los 13 años de cárcel.
Y hace unos días, las autoridades lograron ubicarlo y, finalmente, arrestarlo, gracias a una pequeña pieza de plástico que colgaba de su cuello y que le permitió acceder al estadio de San Petersburgo para ver a Brasil jugar contra Costa Rica: el llamado "Fan ID", la tarjeta de identificación necesaria para asistir a los partidos del Mundial.