Esta es la situación: un tren avanza sin frenos y está a punto de atropellar a cinco personas que están sobre la carrilera.
Tu estás a un lado del camino y con solo tirar de una palanca puedes salvarles la vida, pues ésta hará que el tren se desvíe, peeero…matará a una persona que está en el otro carril.
Tienes 10 segundos para tomar una decisión. Si no haces nada, mueren 5 personas; si tiras de la palanca muere una. ¿Qué haces?
Este experimento, conocido como el "dilema del tren" es un clásico entre filósofos y sicólogos, que lo usan para aprender acerca de cómo tomamos decisiones y contrastar distintas perspectivas sobre una misma situación.
Por una parte, están quienes creen que lo correcto es causar el menor daño posible, con lo cual tirarían de la palanca.
Otros, por el contrario, piensan que es inmoral causar un daño adrede, por muy buenas que puedan ser las intenciones.
La espiral de preguntas se vuelve infinita: ¿salvar a cinco personas es mejor que salvar a una?, ¿es correcto exponer a la muerte a una persona que no está en peligro inminente?; alguien que no tiraría de la palanca, ¿cambiaría de opinión si en vez de 5 fueran a morir 100 personas?
"Es el dilema del bienestar del individuo versus el bienestar de un grupo", le dice a BBC Mundo el sicólogo Dries Bostyn, de la Universidad de Gante, en Bélgica.
Bostyn es el líder de un equipo de investigadores que sacaron el dilema del plano hipotético y lo llevaron a la práctica, con un caso distinto pero con la misma lógica.
Para su experimento, Bostyn reunió a un grupo de 300 voluntarios para enfrentarlos al dilema.