Tras analizar los historiales médicos de 600.000 personas que consumen alcohol en 19 países, un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge llegó a una conclusión: beber un trago de alcohol diario puede acortar la vida a partir de los 40 años.
En la investigación, publicada en la revista especializada The Lancet, se halló que ingerir entre 5 a 10 bebidas alcohólicas a la semana podría acortar en seis meses la vida de quien las consume.
Esa reducción aumenta a medida de que crece el consumo de alcohol: quienes ingieren 18 bebidas o más pueden llegar a perder hasta 5 años de vida.
Los científicos, quienes compararon las historias clínicas y los hábitos de consumo de alcohol personas en los países seleccionados, calcularon cuánto de la vida de una persona podría perderse si tomara de la misma manera por el resto de su vida desde los 40 años.
El estudio descubrió que el límite máximo para beber con seguridad, antes de que se desencadene un mayor riesgo de muerte, es de alrededor 12,5 unidades a la semana, el equivalente a unas cinco pintas de cerveza o cinco vasos de 175ml de vino.
Sin embargo, los investigadores advierten que beber en todos los niveles aumentaba el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Los riesgos
Por cada 12,5 unidades de alcohol que se tome a la semana, aumenta el riesgo de:
- Accidente cerebrovascular en 14%
- Enfermedad hipertensiva mortal en 24%
- Insuficiencia cardiaca en 9%
- Aneurisma cardiaco mortal en 15%
El análisis de la universidad británica desafía la idea de que beber con moderación puede ser saludable.
"El mensaje clave de esta investigación es que si usted toma alcohol, beber menos podría ayudarle a vivir más tiempo y a reducir el riesgo de (desarrollar) varias condiciones cardiovasculares", señaló la doctora Angela Wood, una de las autores del estudio.
Entre estudio y estudio
El consumo de alcohol había estado vinculado con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas que no son letales, pero los científicos consideran que este beneficio se "empantanó" por el riesgo creciente de sufrir otras formas de dolencias cardiovasculares.