Barranquilla

Así operan las fronteras invisibles en varios barrios de Barranquilla

Así operan las fronteras invisibles en varios barrios de Barranquilla. Este año han sido identificados cuatro casos de muertes de jóvenes asociados al cruce

Un joven de 23 años identificado como Juan Carlos Alonso Scott falleció el año pasado presuntamente por haber traspasado una de las “fronteras invisibles” en Barranquilla.

Las autoridades de Barranquilla han identificado más de 6 fronteras invisibles en los sectores de suroccidente y suroriente. El caso de los barrios de la Chinita y La Luz se genera por una guerra entre las pandillas los Calabazos, del barrio La Luz, y los Papalópez, de sector de La Chinita. También el barrio El Bosque se han registrado casos, así como en el sector de Las Gardenias, donde las pandillas protagonizan los famosos enfrentamientos por territorio bajo la lluvia.

Un líder comunal del sector declaró sobre el caso de Alonso Scott que los posibles asesinos eran integrantes de la banda los Calabazos. “Él iba en un carricoche, lo pararon y le dijeron que era de La Chinita, y que él sabía que no podía pasar para La Luz”, contó el testigo.

De inmediato el joven fue llevado hasta el centro de atención del Camino del Barrio Simón Bolívar, donde falleció. Los testigos del hecho contaron que el crimen se debió la “cruce de la frontera”.

El joven fallecido junto a otro menor fue baleado a las 3:45 de la tarde, en la calle 15 con carrera 6 del barrio La Luz, suroriente de Barranquilla.

Zonas de confrontación

PUBLIMETRO consultó a la Policía Metropolitana sobre este fenómeno que ellos no denominan como fronteras invisibles sino zonas de confrontación. “Venimos trabajando en esos sectores donde existen situaciones geográficas de conflictos entre delincuentes y se han venido presentando algunas disputas territoriales”, contó a este medio, el Mayor Carlos Gamboa Ruíz, jefe de prevención y educación ciudadana de la Policía Metropolitana.

Según las autoridades, los enfrentamientos territoriales se dan por el control de drogas, el tráfico de armas y la extorsión. “También se agreden porque históricamente se tienen recelos en algunos barrios por confrontaciones desde lo político, social y económico o por intereses propios o personales porque no sabemos vivir unidos”, resaltó el Mayor Gamboa.

Una de estas áreas más reconocidas es la existe entre los sectores de La Luz y la Chinita. “Teníamos una zona de confrontación que la gente conocía en la quince entre La Luz y la Chinita y cómo la opinión pública se ha dado cuenta eso se ha reducido casi a la mínima expresión”, indicó el Mayor.

En otros casos cuando ocurría un crimen en un barrio sus habitantes culpaban al intruso que estaba de paso en el sector. “Antes lastimosamente se presentaba algún homicidio en ese sector y algunas personas querían juzgarlo de manera apresurada debido a que obedecía a este tema de zonas de confrontación”, relató el uniformado.

En el barrio El Bosque se ha registrado este fenómeno. “También se han presentado otras situaciones de jóvenes en riesgo en otros sectores como el barrio El Bosque y en las zonas del Suroccidente por diversas situaciones”.

Peleas por el fútbol

El Mayor Gamboa explicó que a veces las confrontaciones se dan en eventos deportivos. “Ocurría un campeonato interbarrios y los de la barra de un lado le decían a los otros y resulta que vieron que pertenecían a otro barrio y que no pertenecían a su grupo de jóvenes y de allí empieza una agresión física”

Pero estos enfrentamientos pasan a mayores cuando hay heridos. “Se agreden con arma blanca que termina después en homicidios y desde allí empiezan las confrontaciones entre jóvenes o entre sectores que podemos llamar zonas de confrontación”, lamentó el jefe de prevención.

Esta población es identificada en grupos por las autoridades. “Hay jóvenes que se enfrentan bajo la lluvia a tirarse piedras, otros que son llamados jóvenes en riesgo o mal llamados pandillas y otros que sí son delincuentes comunes. También hemos encontrado un híbrido entre los dos: jóvenes que pertenecen a una pandilla, pero que también cometen delitos y a esas personas ya no las podemos catalogar como pandilleros sino como delincuentes”, afirmó Gamboa.

Oportunidades para los jóvenes

El trabajo de prevención se da forma interinstitucional entre la Secretaría de Gobierno, entre la Oficina de Convivencia y Seguridad Ciudadana y la Policía Nacional con sus programas de prevención.

La oferta para estos jóvenes es abrirles cupos de estudio en el SENA, eventos de recreación y deportes, definir su situación militar entregando libretas y el tema empleabilidad. “También estamos trabajando fuerte el tema religioso que es muy importante sin importar el credo, pero sabemos que a través de la iglesia, los pastores que han sido anteriormente delincuentes y que se han transformado a la vida civil logran influir positivamente sobre estos jóvenes”.

La música también hace parte vital del cambio en esta población. “Todo hace parte de un proceso que queremos que cambien por el rap, por la cultura champetera pero la idea es socializarnos hacia otro tipo de actividades”.

Bajo la lluvia

Vecinos del barrio Las Moras Norte, de Soledad se quejaron este jueves por los continuos enfrentamientos entre pandillas en el sector cada vez que llueve.

«Los jóvenes tienen por costumbre tirarse piedras cuando llueve y esta vez los policías persiguieron a uno y se cayó», indicó una persona del sector que pidió la reserva de su nombre.

Según dijo, al joven caerse, los demás aprovecharon para tirarle piedras y resultó con golpes en la cabeza. «Hacemos un llamado a las respectivas autoridades ya que esto se está volviendo el diario vivir», expresaron en la denuncia.

Lo curioso es que mientras algunos habitantes del barrio reclaman acciones efectivas contra las pandillas, otras personas del sector abren las rejas para que entren y se protejan quienes lanzan piedras.

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último