Después de la gran controversia generada en Cali por los murales que se realizaron durante el estallido social (en 2021), cuando los protestantes en ese entonces pintaron consignas alusivas la violencia contra líderes sociales, y que luego fueron tapados con pintura gris por un grupo de ciudadanos que no estaban de acuerdo con esto, la Alcaldía de Cali decidió resignificar ese lugar y volver a darle vida con nuevos murales.
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Pese a que en su momento el hecho originó un enfrentamiento ideológico sobre lo que debería haber en ese céntrico lugar de la capital del Valle del Cauca, finalmente ganó la protesta a través del arte.
Fue por esto que al final de la administración de Jorge Iván Ospina se destinaron cerca de $1300 millones para renovar con diversas imágenes en el área circundante al túnel mundialista. Esta vez las imágenes hacen homenaje a diferentes tradiciones culturales caleñas sin dejar de lado el recuerdo de quienes fueron víctimas de la violencia.
Estos murales ocupan varios muros de la calle 5 en el sector del hundimiento de la avenida Colombia. Algunas figuras de indígenas con su gran colorido abarcan gran parte de los muros.
Los grafiteros quisieron plasmar los rostros de algunos líderes sociales y de víctimas del estallido social. Tradiciones culturales como los diablitos de Siloé, las chivas y el monumento a la resistencia adornan también la salida del túnel mundialista.
La gastronomía vallecaucana se hace presente con un homenaje al tradicional cholao. Los murales se ubican en pleno centro de Cali cerca de uno de los íconos de la ciudad como es la iglesia de la Ermita.
