En medio de la continua preocupación por la disponibilidad de agua en Bogotá, el consumo de este recurso vital ha experimentado un repunte significativo, según informes recientes. El alcalde de la ciudad, Carlos Fernando Galán, ha emitido declaraciones enfáticas sobre la gravedad de la situación, llamando la atención sobre la necesidad urgente de reducir el consumo y tomar medidas concretas para enfrentar la crisis.
Tras un breve respiro durante el lunes festivo, donde el consumo de agua descendió por debajo de la meta establecida, los niveles volvieron a aumentar el martes, revelando la vulnerabilidad persistente del suministro en la capital colombiana. Galán ha atribuido este repunte al retorno de los ciudadanos a sus actividades cotidianas después del feriado.
Los datos indican que el consumo diario de agua en Bogotá había caído por debajo de los 15 metros cúbicos por segundo, establecidos por la administración distrital y el Acueducto, el pasado lunes 13 de mayo, marcando un hito desde el inicio del racionamiento hace un mes. Sin embargo, la disminución fue efímera, ya que los niveles volvieron a aumentar rápidamente en las últimas horas.
Galán reveló que el martes el consumo promedio de la ciudad fue de 16,05 metros cúbicos por segundo, lo que subraya la gravedad de la situación. A pesar del incremento en el nivel del sistema Chingaza, que ha alcanzado un 22,39%, el alcalde insiste en que la crisis aún no ha sido superada.
En respuesta a esta escalada en el consumo, Galán ha anunciado planes para llevar a cabo inspecciones y controles en hoteles de la ciudad, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de conservar el agua. “Bogotá nos necesita unidos, este debe ser un esfuerzo de todos”, declaró el alcalde, enfatizando la necesidad de cooperación ciudadana para enfrentar esta emergencia.
Este aumento en el consumo de agua ha provocado preocupación entre los funcionarios locales, que recientemente presentaron un balance del primer mes de racionamiento en la ciudad. Aunque reconocieron algunos avances, como el aumento en el nivel del sistema Chingaza hasta un 20,78%, Galán subrayó que aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar una solución completa. Se ha fijado una meta ambiciosa de superar el 70% en diciembre, pero se reconoce que este objetivo requerirá esfuerzos continuos y colaborativos por parte de todos los sectores de la sociedad.
En resumen, el aumento repentino en el consumo de agua en Bogotá ha puesto de relieve la urgencia de abordar la crisis hídrica de manera efectiva y colectiva. Con el liderazgo del alcalde Galán y el compromiso de la comunidad, se espera que se implementen medidas concretas para garantizar la sostenibilidad y la disponibilidad futura de este recurso vital.