En horas de la noche del domingo 17 de diciembre, se conoció la noticia de la desaparición de 10 jóvenes que se habían desviado del camino cuando regresaban de visitar el Santuario de Monserrate.
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El grupo de amigos entre los 14 y 19 años, madrugaron para subir por el sendero autorizado, pero decidieron explorar otro lugar que una de ellos propuso: visitar una quebrada y sus aguas cristalinas. “Salimos a las 6 de la mañana. Comenzamos a caminar y pronto estábamos en la cima. Comimos lo que pudimos, algunos, un arroz con pollo. Estaba muy bonito todo”, contó uno de ellos en entrevista con El Tiempo.
Tras darse un respectivo baño y cuando se disponían a regresarse, la tarde en Bogotá ya había caído y con ello, poca luz y desorientación en el bosque que término por “tragárselos”.
Entre el pánico y el miedo, no tuvieron más remedio que quedarse en un punto, luego de pasar sustos como caer por un barranco, cortar ramas y correr piedras. “Nos encaramamos a unas piedras, pero un amigo se resbaló y se lastimó la rodilla. Nos asustamos mucho”, dijo un joven al medio mencionado.
Y es que por esas largas horas y mientras el frío era apabullante y la lluvia los mojaba, intentaron una y otra vez llamar a la línea de emergencias, pero la señal era nula.
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No fue que la esperanza apareció para estos adolescentes, cuando escuchaban a sus padres gritar, o el sonido del helicóptero de la Policía. “Solo rogábamos que alguien nos rescatara. Nos ilusionamos cuando vimos un helicóptero. Ya teníamos las camisas todas embarradas. Gritábamos y gritábamos, hacíamos movimientos, pero nadie nos escuchaba ni nos veía. Era inútil”.
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El final de este camino culminó cuando los tres mayores de edad que valientemente se separaron del grupo para seguir esos rastros, fueron encontrados por los Bomberos y el Ejército, y con ellos, la guía de buscar a los demás. “Queríamos ayuda. Por eso cuando nos encontraron guiamos a los bomberos y a la gente del Ejército para que hallaran al resto”, contaron a El Tiempo.
Aunque algunos fueron encontrados con signos de hipotermia, ya todos fueron revisados en centros asistenciales y se encuentran fuera de peligro disfrutando de sus familias en casa. “Mi hijo me dice que aprendió la lección”, dijo un padre de familia a ese citado medio.
