La periodista Laura Ardila denunció públicamente que su libro La Costa Nostra, publicado por la editorial Rey Naranjo, no pudo presentarse en la Feria del Libro de Barranquilla, organizada por la Secretaría de Cultura de la Alcaldía de Barranquilla bajo la administración de Álex Char. A través de sus redes sociales, Ardila expresó su inconformidad al señalar una posible censura contra la obra, que narra la historia política del influyente clan Char. Recordemos que Ardila tuvo que salir del país en exilio por las amenazas que recibió tras escribir este libro.
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“La Costa Nostra”, acogida en múltiples ferias del libro en el país, fue excluida del evento que se lleva a cabo en el Centro de Eventos Puerta de Oro. Según Ardila, la editorial Rey Naranjo no recibió invitación para participar, a pesar de que el evento reunió a las más importantes editoriales colombianas. La periodista lamentó profundamente la ausencia de su obra en esta feria, señalando que se trata de la primera gran feria literaria en la ciudad protagonista de su investigación.
La periodista Laura Ardila denunció que su libro “La Costa Nostra” no pudo presentarse en Feria del Libro de Barranquilla
Esta no es la primera censura que enfrenta su libro. Inicialmente, la obra iba a ser publicada por Editorial Planeta, pero las directivas decidieron no avanzar debido a un supuesto “temor a represalias legales”. Esto llevó a la autora a buscar una nueva casa editorial. Durante dos años de trabajo, La Costa Nostra documentó cómo el clan Char consolidó su poder político y empresarial en la región Caribe, exponiendo prácticas cuestionables que han generado controversia a nivel nacional.
El silencio por parte de los organizadores de la Feria del Libro de Barranquilla ha incrementado la polémica en torno a la exclusión del libro. El evento, impulsado por una administración liderada por miembros de la familia Char, ha sido señalado como un intento por bloquear la circulación de información crítica sobre su trayectoria política.
La exclusión de La Costa Nostra refuerza las preocupaciones sobre la censura y las limitaciones a la libertad de expresión en contextos donde intereses políticos están involucrados. La comunidad literaria y de derechos humanos ha comenzado a expresar su solidaridad con la autora, pidiendo explicaciones a los responsables de la feria y defendiendo el derecho de la ciudadanía a acceder a obras de interés público como esta.
