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En las cárceles de China hay cerca de 138 colombianos detenidos y, de acuerdo con cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores, el 90% de ellos fueron capturados por delitos relacionados con sustancia psicoactivas. El 10% restante, por su parte, está relacionado con prostitución y hurtos menores.
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El drama no es solo para quienes se encuentran tras las rejas en el país asiático, como es el caso de Juliana López y su exnovio Juan Esteban Marín, quienes hace unos meses fueron noticia tras ser capturados por el delito de porte de estupefacientes. También lo es para sus familiares con quienes no pueden siquiera comunicarse.
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La historia de Carrillo, que fue contada por el diario El País de Cali, es una de ellas. En el 2010, le dijo a su esposa Luz, que saldría del país con motivo de un viaje de negocios, sin embargo, no dio detalles.
Pasó un año para que la Cancillería le informara que había sido detenido en China con 1.700 gramos de cocaína. De allí pasaron otros seis meses para que, por medio de otra llamada, se enterara que lo habían condenado a la pena de muerte.
Aunque el proceso de Juliana y su exnovio fue diferente, también demuestra la tragedia por la que pasan los familiares. La madre de Marín, de acuerdo al diario a El Colombiano, tuvo que viajar a Cantón (China), para enfrentar el caso de su hijo.
Sin embargo, solo ha podido saber de él a través de cartas, en las que le cuenta que a pesar de la situación, se encuentra bien y que, aunque se enfermó, le aplicaron los medicamentos que necesitaba.
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Otra gran barrera es el idioma, a la que suma las pésimas condiciones que deben enfrentar los colombianos, lo cual no es un secreto. Cartas conocidas y publicadas por Semana en el 2014, demuestran que hay mal trato por parte de los oficiales, discriminación, y malos servicios en comida y salud.
Asimismo, otra misiva cuenta que fueron encarcelados soportando hacinamiento, ratas, y “durmiendo y comiendo en el suelo”, afirma.
A pesar de que la noticia del primer colombiano que será repatriado al país fue “una luz de esperanza” para quienes tienen familiares presos en ese país, la Cancillería aclaró que el caso de Harold es excepcional y no abre la puerta a los demás detenidos, menos para quienes no hayan sido condenados.
Acerca del caso de López y Marín, la canciller, María Ángela Holguín aseguró que no hay información adicional al respecto y solo en el momento del juicio se darán a conocer más detalles.
