Manrique con 292, Aranjuez 265, Doce de octubre 261, Buenos Aires 255 y Robledo 241.
Denuncias en relación con el rango de edad:
1.756 (53.4%) adultas entre los 29 y los 59 años
1.115 (33.9%) jóvenes entre los 18 y 28 años
“Las violencia intrafamiliar es una problemática que afecta a toda la ciudad y que afecta a todos los estratos; es una problema que no tiene distinción de estrato ni de raza. Lo que si tiene particular es que nos va mostrando y nos va identificando que hay unos relacionamientos entre hombres y mujeres, entre los roles que tenemos en la sociedad, en el hogar, en la educación y en cualquier espacio de la ciudad, que siguen afectando particularmente a las mujeres” reveló Gloria Luz Gómez Ochoa, Secretaria de las Mujeres de Medellín.
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De acuerdo con la Secretaria el 90% de los casos de violencia intrafamiliar siguen afectando particularmente a las mujeres y el 79% de los agresores son hombres, en general son los compañeros sentimentales o la expareja.
Frecuentemente se conocen casos como el de María que duró casada 12 años, conviviendo con el miedo, los gritos, los golpes, los celos, la indefensión y la represión; y que por temor permaneció al lado del hombre que por muy poco acaba con su vida.
Mientras convivió con él, la zozobra era su compañera, sabía que cada día los golpes serían peores y que sus niveles de violencia estaban siempre en aumento; pero el silencio era su peor consejero, nunca le dijo a nadie sobre lo que le pasaba.
María recuerda el comienzo de su relación y dice que “hay una cosa que es muy común, al principio todo es color de rosa, todo es bonito, todo es bien; en la medida en que vienen los hijos, las cosas se van tornando más violentas”.
Sus tres hijos tenían 7, 9 y 12 años; en ese entonces, lo que le generaba mayor preocupación porque sentía que por ellos debía salir adelante y que les afectaría dejar al papá; sin embargo, no era fácil, por eso aunque en una oportunidad se separó, no tuvo más remedio que volver a compartir el mismo techo con su verdugo, por la misma presión que él ejercía en cualquier lugar al que María llegaba en búsqueda de poder trabajar, ya que siempre lograba encontrarla y amedrentar a todos los que la rodeaban.
“Él era bastante celoso, era horrible, siempre me cerraba las puertas de donde yo iba a trabajar, iba y me hacía escándalos, prácticamente me sacada de donde estaba, (estar separada) era mucho peor” recuerda María.
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Las agresiones eran cada vez más fuertes, siempre lo denunciaba porque vivía con la amenaza de que la mataría; recuerda que una vez le rompió el tabique y que esa vez no puso más denuncias, ya él tenía muchas, “pero no le hacían nada”.
Ya separados la última agresión fue la peor, “me dañó una mano, me golpeó la cara hasta volverme nada; de hecho llegó la Policía ahí, pero como ya él se había ido y como no lo habían cogido infraganti, entonces decían que no podían hacer nada”.
Esa vez, volvió a denunciarlo en la Fiscalía, pero estaba muy mal, “uno de mis hijos estaba en una fundación, cuando fui a llevarlo y me vieron así, de una vez me llevaron a derechos humanos y de ahí llamaron a Cerfame, ellos vieron que yo estaba muy aporreada, me dijeron de una vez para ayudarme y llevarme unos días a un hogar de acogida con mis hijos”.
La Secretaria de las Mujeres explicó que “los hogares de acogida son lugares que han sido diseñados para aquellas mujeres que están en riesgo de feminicidio para que puedan tener una protección de mínimo 6 semanas; también tenemos el equipo de atención psico-jurídica que en el territorio atiende a las mujeres que requieren acompañamiento, asesoría y atención frente al problemas de violencia en sus familias, en el hogar, en la calle, en cualquier lugar o espacio de la ciudad”.
A través del apoyo de la fundación fue que María logró salir de ese círculo de violencia en el que vivió; con la ayuda que recibió logró adelantar estudios técnicos, encontrar un lugar de trabajo estable y vivir en paz con sus hijos.
Con el apoyo de la institucionalidad se espera que las mujeres que son violentadas busquen ayuda a través de la línea de atención 123, en los hogares de acogida y con las duplas en el territorio.
«La línea 123 mujer, es la línea que atiende en crisis a aquellas mujeres que están solicitando ayuda en emergencia cuando están siendo vulneradas y víctimas de maltrato» informó Gómez.
Adicionalmente, la Secretaria anunció que Medellín recientemente se vinculó al proyecto ONU mujeres, con el que se busca tener ciudades seguras para mujeres y niñas; la capital antioqueña es la ciudad 22 en hacer parte de este programa.
Cuatro pasos para acabar el maltrato
Dilia Rodríguez Villa, fundadora y directora de Cerfami, enumera los principales pasos que se deben seguir para que una mujer pueda salir del círculo de violencia familiar en el que se encuentra:
Uno . Romper el silencio: es importante que le cuente a una familiar, a una amiga o a una vecina; porque a veces las primeras ayudas vienen de esas personas, porque la violencia intrafamiliar es un delito que se vive de puertas para adentro.
Dos . Acudir a cualquier instancia: puede ser a una comisaría, a bienestar familiar, caja de compensación familiar, a Secretaría de las Mujeres, a la Secretaría de Salud, entre otros; para que le tracen la ruta.
Tres . Poner el denuncio: lo puede hacer en la Fiscalía o ir a una comisaría y estas entidades hacen la valoración del riesgo y la remiten a un programa competente.
Cuatro . Buscar fundaciones de apoyo: existen instituciones que tienen la posibilidad de brindarle apoyo a las mujeres sin importar las condiciones económicas que tengan.
La directora resalta que para las mujeres de estratos socioeconómicos altos, la dependencia económica es una de las razones por las que se mantienen en los círculos de violencia, pero que generalmente es a ellas a las que más fácil les pueden ayudar porque tienen niveles de educación más altos.
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