Uno de los mejores cocteleros del mundo, Salvatore Calabrese, preparó en el año 2012 el cóctel más caro del planeta. La bebida se llamó Salvatore Legacy, y se utilizaron ingredientes que remontan a antes de la Independencia Americana y de la Revolución francesa: 40ml del coñac ‘Clos de Griffier Vieux’ de 1778 (avaluada en más de $1.58 millones de dólares), 20 ml del licor Kummel de 1770, 20 ml de ‘Dubb Orange Curacao’ de 1860 y dos dashes de bitters de Angostura de 1900.
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Sin embargo, antes de conseguir oficialmente este Guinness Records el italiano había roto bajo la mirada de los jueces del mismo una botella de coñac valorada en $77,565 dólares con la cual iba a realizar por primera vez la hazaña. “¡Por Dios! Esto fue muy triste para mí (risas). No me dolió por el dinero, sino porque una parte de la historia se esfumó cuando la botella se quebró. Estaba en el club Playboy (ubicado en la ciudad de Londres), porque quería preparar la bebida más costosa. Ese cóctel estaba avaluado en $7,834 dólares la copa, pero unos clientes ordenaron dos tragos de ese coñac y pidieron estudiar la botella, se tomaron la bebida y cuando se levantaron de la mesa ésta se cayó y se quebró”, contó el chef líquido a PUBLIMETRO en la pasada edición de World Class 2016, la competencia de bartenders más importante del mundo en la cual él participó como jurado.
Del evento que se realizó en Miami a finales de septiembre de este año, Calabrese destacó la creatividad de los participantes. “Es impresionante ver como en cada edición del concurso todo va cambiando. Representantes de todo el mundo con algo en común: el amor por crear y dejarse llevar por texturas, aromas y colores… ¡Es espectacular!”, agregó.
Con respecto a la coctelería Latinoamericana, específicamente la colombiana, Salvatore confesó que nunca ha venido a la región, pero espera hacerlo pronto pues “sabe que está creciendo cada vez más, con ingredientes autóctonos de cada uno de los países”.
La francesa Jennifer Le Nechet fue nombrada como la mejor bartender del mundo en el World Class de este año. La joven impresionó a los jueces, incluído Calabrese, creando en apenas 24 horas –como parte de la competencia- una espectacular gama de sofisticados tragos en su pop-up bar temático Stempunk.
