El portero uruguayo Alexis Viera, que tras recibir dos disparos en un atraco el pasado agosto vio afectada la movilidad de sus piernas, ya puede dar pequeños pasos con la ayuda de un andador y se muestra ambicioso de cara a su regreso a las canchas, a las cuales confía en poder volver en agosto de 2016.
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Viera recibió dos balazos en un atraco en Cali que dañaron sus pulmones y su médula espinal, pero se propuso llegar a caminar en diciembre, a pesar de que en un principio los médicos pronosticaron que tendría apenas un 1 % de posibilidades de volver a andar, explicó el deportista en entrevista con Efe en Montevideo.
Sin embargo, Viera se apoyó en su fe y en su fuerza de voluntad para enfrentar los malos pronósticos y a los psicólogos que querían prepararlo para «ser independiente pero en una silla de ruedas».
Fue de ese modo que prometió en la televisión colombiana que para diciembre iba a volver a Uruguay caminando.
«Estoy caminando, cumplí, y Dios me ha ayudado en eso», aseveró el exguardameta del América de Cali -llamados los ‘Diablos Rojos’-.
Tras varios meses de «tres o cuatro terapias diarias», Viera salió caminando del aeropuerto de Montevideo este lunes con la ayuda de un andador y de una férula en su pierna izquierda, que es la que aún se encuentra más debilitada.
En cambio, su pierna derecha, ya recuperada «en un 80 %», ya está lista para patear penales, bromeó el jugador.
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«(Volver caminando) no era para demostrarle nada a nadie, sino que era lo que yo quería y lo que yo había hecho».
Ahora que ya cumplió ese objetivo y que su recuperación está encaminada, aunque «con mucho dolor en las piernas», «El Pulpo» se puso una nueva meta: volver a las canchas antes de agosto de 2016, cuando se cumplirá un año del atraco que le quitó la movilidad.
«Uno en la vida tiene que ponerse límites y tiene que buscar objetivos (…). Yo me puse tiempo y dije; en diciembre camino. El 25 de agosto de 2016 tengo que estar jugando al fútbol».
«De árbitro, da igual… pero tengo que estar en una cancha el 25 de agosto», dijo entre risas, aunque aclaró que seguramente será en su rol de guardameta.
Ese optimismo no es una característica nueva para el también exjugador del Nacional de Montevideo, ya que subrayó que «siempre fue así».
«En el fútbol soy ganador, no me gusta perder. Soy terco cuando me dicen que no y por eso creo que todo esto ha salido», confesó.
Sin embargo, luego del incidente, Alexis Viera cambió y se plantea de un forma «totalmente diferente» la manera de vivir, ya que aprendió «que no hay que deprimirse por cosas sencillas, sino que hay que disfrutar, aprender y dar gracias a la vida».
Y no solo aprendió a no afligirse por las cosas sencillas, ya que no guarda «rencor» ni «odio» por quien le disparó, ya que «el daño ya está hecho y lo que se hizo no va a cambiar» y esos sentimientos «no llevan a ningún lado».
«No puedo pensar para atrás porque si lo hago no me voy a recuperar. Hay que pensar para adelante. ¿Que me cambió la vida?, me la cambió. ¿Que hubo dolor?, hubo dolor. Pero no soy nadie para juzgar», admitió.
El hecho también llevó a que el futbolista profundizara su fe religiosa, y, a pesar de confesar que «como toda persona» tuvo dudas en el pasado, con lo que le sucedió sabe que «Dios está más vivo que nunca» y afirmó que lo tiene «en el corazón».
Además de su regreso al campo de juego, «El Pulpo» también proseguirá con su proyecto de fundar una escuela de formación de niños futbolistas en Cali, al que tuvo que «poner una pausa» por el tiempo que le quitan las terapias.
Este centro, en el que preparará a jóvenes de entre 5 y 18 años en todas las posiciones de juego, abrirá sus puertas el próximo 1 de febrero.
«A través del fútbol uno puede enseñar valores humanos que se están perdiendo en la vida. (…). Lo lindo de todo esto es que vos puedas dar todo lo que has aprendido en tu vida, que lo puedas volcar a niños que realmente lo necesitan», concluyó «El Pulpo».