El presidente Juan Manuel Santos lideró un Consejo de Seguridad de emergencia en Arauca tras el ataque a la Brigada 18, y cuestionó este y los otros ataques contra el país.
«Se equivoca de cabo a rabo el ELN si cree que con acciones militares de este tipo está allanando el camino hacia la paz. Si creen que van a llegar más fuertes a una mesa de negociación están totalmente equivocados», enfatizó.
Santos solicitó una mayor intensidad de los ataques militares contra los frentes responsables de atentados en el Urabá, nordeste de Antioquia e inmediaciones de la frontera con Venezuela.
El Una oleada de ataques realizados presuntamente por el Eln se vivió este lunes, en la que el oleoducto Caño Limón – Coveñas y varias poblaciones de los Llanos Orientales cerca de la frontera con Venezuela fueron víctimas de hostigamientos.
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El primero de estos ataques se registró el pasado lunes en la sede de la Brigada 18 del Ejército Nacional, en Arauca. El ataque registrado con artefactos no convencionales fue rechazado por los soldados de guardia, y provocó la quema de dos vehículos.
En la noche del lunes, otra cuadrilla dinamitó un tramo del oleoducto Caño Limón – Coveñas, en área rural del municipio de Cubará (Boyacá). La explosión provocó una ruptura en el ducto y un derrame de petróleo que, a pesar de ser controlado rápidamente, afectó el medio ambiente de la localidad.
Y en la madrugada del martes, otro ataque a un puesto de policía en Nunchía (Casanare) provocó varios daños leves en la infraestructura, pero ninguna de las tres acciones delincuenciales provocó heridos.
“Un movimiento para conseguir poder”
Para el profesor Germán Sahid, de la Facultad de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad del Rosario, el objetivo de los ataques del Eln en el oriente del país está basado en generar un espacio de fortalecimiento territorial que les permita negociar a futuro con una posición de más fuerza ante el Gobierno Nacional (ver recuadro).
“Un grupo insurgente, el que sea, tiene una capacidad política que se evidencia en su capacidad de hacer daño desde el punto de vista militar. El Eln es una guerrilla disminuida, tiene 2000 hombres en armas, y necesita legitimarse política y literalmente para poder entrar a la eventual mesa de negociación con una posición de poder”, asegura Sahid.
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Otra posibilidad fue postulada por el comandante del Ejército, general Alberto Mejía, que considera que los ataques surgen como reacción al despliegue de tropas de la Fuerza Especial Quirón para acabar con la acción militar de los grupos insurgentes.
Según el general Mejía, los ataques también buscarían enviar un mensaje para sus tropas en conjunto con la conmemoración de los 50 años de muerte del sacerdote y guerrillero Camilo Torres, el próximo 15 de febrero.
¿Buscando la asamblea constituyente?
Para Sahid, otra posible razón es una cooperación para buscar réditos políticos en conjunto con las Farc, enfocado en el Plan Renacer entre los dos grupos guerrilleros emitido en 2008. “El plan busca acciones coordinadas entre los grupos para que, mientras las Farc habla de paz, el Eln en conjunto con ellos realiza los ataques militares”.
¿Por qué querrían las Farc usar una persona interpuesta para debilitar su propio proceso de paz, que se encuentra muy cerca de ser firmado? Según el académico, esta sería la forma de forzar al país a aceptar una asamblea constituyente.
“Un plebiscito solo le sirve a las Farc y no le sirve al Eln. A las dos lo que les sirve es una asamblea constituyente para jugar políticamente sin acusaciones de delitos de guerra y de delitos de lesa humanidad. Para eso necesitan dividirse el trabajo: la labor política la hace las Farc, la labor militar y las ambiciones de control territorial las hace el Eln”, dice.