Si la fecha de funcionamiento del Terminal del Norte es el 20 de febrero, como le comentó a PUBLIMETRO el concejal Julio César Acosta, una de las obras consideradas ‘elefante blanco’ en la ciudad dejaría de serlo. Esto es lo que esperan todos los bogotanos, sobre todo los que viven en la zona norte de esta construcción que, según se ha denunciado, tiene un detrimento patrimonial y ni siquiera sería un alivio para el tráfico que se genera por la salida de buses intermunicipales.
Quien comentó hace poco el problema al que se enfrentará la satélite fue el concejal Juan David Castellanos, de Cambio Radical, quien aseguró que la Terminal del Norte solo tendrá 19 bahías y 24 taquillas que no tendrán la capacidad de acoger a los más de 30.000 pasajeros y 1751 buses que por allí pasan. “La terminal está diseñada para recibir 60 buses por hora, en la actualidad se reciben 90 buses por hora”, añadió el cabildante.
Hace un mes, el secretario de Movilidad, Juan Pablo Bocarejo, aseguró que con la apertura de la terminal se terminaría con un impacto muy crítico en la calle 170 y la movilidad estaría más fluida. Sin embargo, aseguró que la obra fue mal planeada, tuvo diseños equivocados y la entrada de los buses queda en un punto en donde la vía pasa de cinco a tres carriles.
Y aunque por fin entre en marcha se enfrentará a una serie de problemas. “Desde el 13 de diciembre de 2010 denuncié los retrasos y ‘el elefante blanco’ en que se había convertido la construcción de la Terminal del Norte para el Distrito. Casi 8000 millones se perderán por atrasos de construcción que denuncié en su momento. El dinero se invirtió desde 2004, cuando se compró el lote en la Autopista Norte por valor de 7800 millones. Para ese momento habían pasado seis años desde la compra del lote y no se había hecho nada más”, comentó Acosta por medio de un comunicado.
¿Plan B en el norte?
Ahora bien, con la apertura del terminal quedan muchas preguntas sin responder y que podrían convertirse en otra piedra en el zapato para la Administración actual, que si bien no tuvo que ver con su construcción, sí debe mitigar el impacto en la movilidad, la seguridad y buscar un nuevo plan si la satélite del norte no da abasto.
Además, ¿quién se hará responsable del supuesto detrimento que habría generado la obra?, ¿cuál es la estrategia del Distrito para controlar la movilidad en el sector?, ¿qué harán con los buses que ingresan por el norte y paran al frente del Portal del Norte?, ¿seguirán parando ahí con más control o se piensa poner una satélite en ese costado?
Hace algunas semanas se conoció la alternativa de la alcaldía de Enrique Peñalosa, quien aseguró el año pasado que el terminal quedó mal hecho, mal ubicado, diseñado y que tendría que ser sustituido por otro ubicado más hacía el norte y, por supuesto, más grande.
De hecho, la Secretaría de Movilidad advirtió que este terminal será solo una solución a corto plazo y con una APP (Alianza Público Privada) se buscaría construir una obra hacía la calle 235 con Autopista Norte a donde lleguen buses intermunicipales y de TransMilenio. Los bogotanos piden, sea o no una solución a corto plazo, que se ponga en funcionamiento lo antes posible.
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Millones de pesos se invirtieron en la obra del Terminal del Norte
Millones de pesos se invirtieron en la obra del Terminal del Norte