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millones de vástagos son vertidos al suelo, sin ningún tipo de aprovechamiento, según se estima en Colombia.
He realizado un estudio de mercado del proyecto durante tres años. Ya tengo muy claro que esto se puede hacer y se puede investigar dentro de zonas donde hay mayor oferta.
La idea surgió hace tres años, cuando Alexander Cuellar caminaba con su papá por la zona de la plaza de mercado de El Porvenir, uno de los lugares con mayores problemas de disposición de residuos sólidos de Cali. En una esquina, junto a un puesto de venta de frutas y verduras, una pila de vástagos de al menos un metro y medio se encontraba sobre el andén.
El vendedor cortaba los plátanos que le compraban y dejaba tirados junto a su puesto los vástagos, que ya comenzaban a oler feo y a llenarse de mosquitos, además de obstaculizar el paso en el espacio público.
“Mi papá es experto en la identificación de fibras, pues trabaja en una empresa productora de papel. Él me dijo que el vástago parecía muy similar a la caña de azúcar, entonces me dijo que lleváramos eso y que indagáramos qué tipo de fibra tenía”, cuenta el joven.
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La sorpresa que se llevó fue que al preguntarle al vendedor cuánto les cobraba por los vástagos, el hombre se los regaló, pues para él eran un desperdicio del cual se debía deshacer. “Me dijo que si me los llevaba, antes era un favor el que le estaba haciendo”.
“Durante año y medio analicé el raquis (nombre técnico del vástago). Hice un estudio de fibras en la Universidad y encontré que tiene muchos nutrientes y unas fibras largas y resistentes. Ahí me surgió la idea de hacer papel con los desechos de plátano”, explica.
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Colombia es uno de los principales productores de plátano en el mundo. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el país produce más de tres millones de toneladas de plátano cada año.
El plátano tiene infinidad de usos, pero el raquis, esa parte del racimo donde crecen y se aferran los frutos, siempre se ha desperdiciado. De hecho, se estima que en Colombia unos 70 millones de vástagos son vertidos al suelo, sin ningún tipo de aprovechamiento.
Ahí es donde el proyecto del caleño toma fuerza. El impacto ambiental que tendría poder utilizar esos desperdicios podría revolucionar la industria del papel, a la par que se genera un sistema productivo sustentable y se evita la tala masiva de árboles de especies madereras.
La idea de Alexander Cuellar, un joven de 22 años estudiante de décimo semestre de Administración Ambiental de la Universidad Autónoma de Occidente, fue seleccionada entre 10.000 como una de las diez semifinalistas en el concurso ‘Una Ideas Para Cambiar la Historia’ del canal History Channel.
Hasta el 27 de noviembre, quienes deseen pueden ingresar a la página web http://unaidea.tuhistory.com/ y votar por la idea de Alexander, uno de los dos colombianos que representa el país en el concurso que comprende todos los países de América Latina. Se puede votar una vez diaria.
“Los que más votos tengan a final de noviembre, viajarán a México a exponer el proyecto ante un grupo de jueces internacionales que evaluarán cuáles son los que mayor impacto generarán en el mayor número de personas”, explicó el joven caleño.
Entre los cinco finalistas, el concurso premia a los tres mejores. El proyecto ganador del primer puesto obtendrá USD$ 60.000, el segundo USD$ 40.000 y el tercero USD$ 20.000. La idea es que con dichos recursos los ganadores hagan realidad sus proyectos.
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“Con el dinero, si ganamos el primer lugar, es suficiente para realizar una empresa a escala mayor. Es decir, poder invertir en maquinaria; que el corte que hago con la mano se pueda hacer con una máquina, que el macerado se haga con unos mazos y no con martillo como lo hago hoy. Poder comprar un digestor de cinco metros, donde pueda cocinar cinco toneladas de masa. También podría tecnificar el proceso de secado. Es decir, pensar el proyecto en escala mayor”, añadió Cuellar.
“He realizado un estudio de mercado del proyecto durante tres años. Ya tengo muy claro que esto se puede hacer y se puede investigar dentro de zonas donde hay mayor oferta, como en la región de Urabá, por ejemplo, donde se puede hacer un proyecto multipropósito que beneficie en muchos frentes. Es decir, se reduciría la contaminación por residuos y estaríamos aprovechando el residuo para producir un algo nuevo, mientras se genera empleo”, señala Alexander.
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¿Cómo un vástago se convierte en papel?
El proceso para hacer papel a partir del raquis del plátano puede tomar algunas horas, según explica Alexander. El futuro Administrador Ambiental indicó que primero se recoge el residuo y se corta en láminas o trozos finos, para después poder macerarlo y que las fibras queden expuestas y con menor cantidad de humedad.
“Después, vertimos el residuo macerado en un digestor, que es una cápsula que se puede poner con unas ciertas libras de presión, y se pone en cocción a una temperatura determinada durante una o dos horas. Ahí el residuo ya queda convertido en pulpa”, explicó Cuellar.
Posteriormente, dicha pulpa se procesa con agua en una licuadora, para obtener una masa, “similar a cuando se moja un copo de algodón”. Dependiendo de la cantidad de agua e incluso cloro que se ponga en este proceso, la masa obtenida podría convertirse en papel blanco, papel cartón, cartón grueso e incluso papel de cocina.
“La masa después se pone en un tamiz, que ayuda a filtrar el agua, y después se pone a secar el material, ya sea a temperatura ambiente o en una plancha. Cuando se seca, puede ser en cuatro horas o en cinco minutos, dependiente el proceso, ya se obtiene el papel”, subraya Alexander.
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