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Seis personas presuntamente pertenecientes a una banda transnacional dedicada a la alteración y comercio de celulares robados fueron capturadas en Cali, Bogotá, Barranquilla y Valledupar, informaron las autoridades este lunes.
Según lo reportó la Dijín, tres personas fueron detenidas en Cali, una en Bogotá, otra en Barranquilla y unas más en Valledupar.
El Grupo Investigativo contra Atracos de la Dijín de la Policía Nacional informó que los capturados compraban celulares robados en diferentes partes del país y luego les alteraban el IMEI, “vulnerando los protocolos de activación o desactivación de los celulares reportados”.
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El coronel Gelber Cortés, jefe del Área de Patrimonio Económico de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol (Dijín), indicó que “esta organización era especializada y prestaba sus servicios a otras organizaciones delincuenciales en lo que tienen que ver con la manipulación de terminales móviles, es decir en la manipulación del número IMEI, que es como la cédula de los celulares”.
Entre los capturados, según añadió el oficial, se encuentra alias César, un hombre que ya presentaba antecedentes por delitos relacionados con el hurto, alteración y comercialización de celulares.
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“Esta organización delincuencial empleaba un software especializado o unas cajas electrónicas para liberar los IMEI. Los investigadores hallaron pruebas que indicaron que semanalmente manipulaban de 100 a 200 equipos de celular y cobraban entre $20.000 y $50.000, por cada uno de los celulares manipulados”, indicó Cortés.
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En las diligencias de captura las autoridades lograron recuperar más de 250 celulares, además de incautar los equipos que eran usados para alterar los IMEI. El uniformado agregó que una vez hecho el trabajo de manipulación de los celulares, dichos teléfonos móviles eran comercializados en Cali, Bogotá e incluso Perú.
Los capturados fueron enviados a prisión después de que un juez de control de garantías les imputara los delitos de concierto para delinquir, receptación y manipulación de terminales móviles.
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Así operaba la banda
Gracias a las investigaciones de las autoridades, se pudo establecer el modus operandi con el que funcionaba la estructura delincuencial transnacional de comercio de celulares hurtados. Según explicó la Dijín, el primer eslabón de la cadena era el Victimario, “responsable de los hurtos en sus distintas modalidades, quien actúa en grupos de tres a cinco personas e involucran mujeres en su accionar delictivo para evitar levantar sospechas”.
Después, entra en escena el Receptador, que es quien se encarga de comprar y vender los celulares robados, con pleno conocimiento de la naturaleza de la procedencia de los equipos móviles.
“Su ganancia depende del número de celulares que logra comercializar. Por lo general, los celulares son hurtados y entregados por los delincuentes quienes borran los stickers de seguridad y “resetean” el celular para adulterar el sistema físico y cambiar la identidad del teléfono móvil con el fin de evadir la acción de las autoridades”, explica la Dijín.
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En aras de garantizar que el celular quede totalmente “limpio”, en la cadena delictiva ingresa el Liberador. “Esta persona es la encargada de abrir las bandas del celular o adulterar el IMEI, “replaquetear” y cambiar las carcasas. Este proceso de “lavado del celular” requiere de un conocimiento técnico para realizarlo”, señalan las autoridades.
Con el IMEI alterado, según manifestó la Dijín, los liberadores vuelven a hacer reportes de hurto sobre los celulares ya robados, para posteriormente generar la liberación de los IMEI reportados, una vez han sido clonados en teléfonos de procedencia asiática.
Si este proceso resulta infructuoso, entra en acción el Tarjetero, quien es “el encargado de cambiar la tarjeta (circuito electrónico) de los celulares que no pueden ser liberados”. La Dijín indicó que esta persona es quien “da el carácter internacional al delito”, pues como los celulares no se pueden usar de nuevo en el país porque quedan bloqueados, las tarjetas “son trasportadas a otros países de la región para que puedan ser reutilizadas”.
El eslabón final de la cadena del hurto, alteración y comercialización de celulares robados a nivel nacional o internacional lo compone el ‘mercado negro’ de compradores y distribuidores. “La existencia de un mercado que se reproduce a partir de la actitud irresponsable de ciudadanos que compran móviles de segunda, que en la mayoría de los casos proceden del hurto”, indicaron las autoridades.
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