La intervención de la Alcaldía de Bogotá a la temida «calle del Bronx», en el centro de Bogotá, fue propuesta como un golpe al crimen organizado por el alcalde Enrique Peñalosa, pero para los habitantes de barrios aledaños (y no tanto), se convirtió en un dolor de cabeza con el que deben vivir.
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No es solo para los comerciantes de San Bernardo, La Estanzuela y otros barrios aledaños al centro de Bogotá que han protestado de forma ruidosa: a miles de personas de barrios aledaños (y no tanto), la presencia de indigentes ha alcanzado a afectarlos con robos y venta de estupefacientes cerca de sus casas.
Para Jonathan Quiroga*, residente del barrio La Estanzuela y empleado público, los primeros días fueron los más críticos debido a que los habitantes de calle que se habían tomado el Bronx empezaron a tomarse las calles alrededor de su casa, llenas de talleres mecánicos.
«En esos días los habitantes de calle empezaron a armar sucursal del Bronx en la esquina de mi casa. Los comerciantes comenzaron a reunirse y a amenazar con golpizas a los habitantes de calle, y estos respondieron amenazando con incendiar locales. Los primeros fueron días muy difíciles», aseguró Quiroga en diálogo con PUBLIMETRO.
Reacciones rápidas en el área
Con los días y las protestas de los comerciantes, en particular de los centros comerciales aledaños al San Andresito de San José y la Estación de La Sabana, la reacción de la Alcaldía fue de asegurar que la delincuencia no se expandiera alrededor de las antiguas ollas del Bronx.
De hecho, según el secretario Distrital de Seguridad Daniel Mejía, la delincuencia en la localidad de Los Mártires se ha reducido, gracias a un trabajo adecuado de vigilancia en el sector del Voto Nacional que hasta mayo era sede de los mayores sitios de expendio de drogas en Bogotá.
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«Tras dos meses de intervención, en un trabajo conjunto con la Policía y la Fiscalía, los delitos han disminuido en un 42, 45%. Delitos como los hurtos a personas, las riñas, las lesiones personales. Esta es una recuperación integral», aseguró Mejía durante la demolición de los primeros inmuebles del Bronx (ver recuadro).
Quiroga reconoció que esta intervención se ha registrado luego de las protestas que a principios de julio realizaron los comerciantes de San Andresito de San José, pero que la disminución de los delitos ha sido tan notoria que el suyo podría ser «el barrio más seguro de Bogotá».
«Hace dos meses tenía un expendio de droga en la esquina de mi casa, ahora hay constantemente policías. Incluso nosotros podemos dejar los carros en las calles con la certeza de que nada va a suceder», afirmó el habitante del sector.
Y a las afueras…
Más allá de Los Mártires, la presencia de habitantes de calle de forma masiva se ha convertido en una seria preocupación para los residentes de un amplio número de barrios, y se ha convertido incluso en un obstáculo para el turismo en sectores como La Candelaria.
«En La Candelaria la inseguridad no aumentó. Los ‘chirris’ no roban. Pero la orina en las esquinas, las heces fecales mañaneras y el olor a bazuco aumentaron exponencialmente», asegura Alfonso Cabanzo, docente universitario.
Mientras tanto, vías como la Calle 13, la Avenida Primera y canales de aguas lluvias se han convertido en dormitorios improvisados para quienes antes ocupaban el Bronx, y con ellos la percepción de inseguridad aumentó de forma considerable.
«En las noches uno ve cinco, seis indigentes acostados en la calle», dijo a PUBLIMETRO Álvaro Bernal*, un tendero cuyo establecimiento comercial queda frente a un puente en la Avenida NQS. «Por ahí a las 6 de la mañana llega la patrulla y los levanta, pero no les hace nada más. Y los clientes aseguran que esto se volvió un ‘atracadero’ desde entonces».
«A mí me atracaron dos habitantes de calle cerca del Alkosto de la 68 hace un mes», aseguró María Buitrago*, empleada de un concesionario de vehículos. «Trataron de golpearme con un arma hechiza y alcanzaron a lastimarme en la cara. No solía haber habitantes de calle aquí, estoy segura de que estaban en el Bronx», opinó.
Incluso, habitantes de Pereira y Armenia aseguraron que a sus ciudades han llegado volquetas llenas de antiguos habitantes del Bronx, pero según medios como el diario La Tarde, las personas transportadas a Pereira eran originarias de Risaralda y fueron transportadas para tratar de contactarlas con sus familias.
Mejía destacó el trabajo que se ha realizado en zonas como San Bernardo y Cinco Huecos para buscar acabar con el expendio de estupefacientes en estos sectores y evitar un «nuevo Bronx», así como la carrera 15A entre calles 9 y 10 se convirtió en un «nuevo Cartucho» luego de la intervención en este sector en la primera alcaldía de Enrique Peñalosa.
*Nombre cambiado a petición de la fuente.
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