Valencia escogía mujeres que llevaran muchos años en las calles porque «nadie las extrañaría».
Cada vez aparecen más y más revelaciones por parte de las autoridades y del victimario, quien en cada uno de sus testimonios da nuevos detalles. En esta oportunidad hizo nuevas confesiones en entrevista con Semana.
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Quienes han estado frente a este hombre, quien ahora es considerado como uno de los peores asesinos seriales del país, aseguran que nunca mira a los ojos y que siempre tiene su mirada en el piso o en el techo.
De acuerdo con el medio, su única preocupación es que le digan monstruo. “Yo no soy un monstruo, no me gusta que me digan así. Tampoco soy un asesino en serie”, afirma.
En sus declaraciones se ha justificado diciendo que recibió malos tratos cuando era un niño. Asimismo, aseguró haber sufrido mucho con la muerte de su madre y por culpa de una mujer. De igual forma, se supo que las constantes burlas que recibía por el tamaño de su pene, habrían sido una de las razones que lo llevaron a cometer los atroces actos.
Al respecto, el hombre le dijo a Semana: “yo vivía con mi papá, mi mamá y mis hermanos. A mí me molestaban mucho en el colegio y todo el tiempo decían: ‘No se metan con Valencia, no jueguen con Valencia’. Eso pasaba principalmente con las niñas. Ellas me molestaban mucho. Un día, cuando yo tenía 8 años, unas niñas me bajaron la pantaloneta y quedé mostrando mi miembro. Yo me volví muy agresivo. Mi papá era muy perro y se fue con otra mujer. Y la psicóloga del colegio me decía que me metiera a clases de karate para canalizar mi agresividad”.
Los rumores afirman que es un hombre estudiado. Que además de terminar el bachillerato, estudió en una universidad. Sin embargo, la misma institución lo desmintió días después por medio de un comunicado. Valencia habló al respecto y dijo que nunca estuvo en la universidad.
Contó que tras terminar el bachillerato se dedicó a vender autopartes y luego a delinquir y a robar.
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La razón que lo llevó a consumir drogas fue una mujer por la que dejó a otras tres mujeres más, pero los vecinos le decían que lo traicionaba y le ponía los cachos.
Asimismo, relató que cuando hace siete años, fue gravemente herido en un intento de robo, lo que lo llevó a pasar 6 meses en un hospital. Al salir de allí, su día a día era en el cartucho.
Y fue en ese entonces cuando empezó a acercarse a las mujeres que veía escarbando en la basura. Afirma que les decía que les podía dar comida y ropa a cambio de solo cinco minutos de placer.
“Yo pude haber subido más de 100 mujeres a mi cambuche, algunas se quedaban varios días o semanas y luego yo las sacaba. La mayoría eran muy desordenadas”, le afirmó valencia a Semana.
Acerca del primer asesinato, que realizó hace cuatro años, afirma que lo hizo porque la mujer quiso robarle una chaqueta. “Ella intentó chuzarme. Entonces yo empecé a ahorcarla. Yo no quería matarla. Pero después de esa vino otra y otra y otra. Yo siempre las ahorcaba pero no siempre para matarlas. A veces las ahorcaba y luego las trataba de reanimar porque no es cierto lo que se dice. Yo no tenía sexo con muertas. Por eso trataba de reanimarlas”, cita Semana.
Respecto a las informaciones que dicen que descuartizaba a sus víctimas, dice que es mentira, ya que lo que hacia era envolverlas, y meterlas en huecos para luego taparlas con tierra y escombros.
Por otro lado, dice que no es un asesino en serie y que nunca pensó en entregarse, porque sabía perfectamente que “había cometido un delito”.
Finalmente, asegura que no recuerda el nombre de sus víctimas, únicamente tiene grabada la cara de una de ellas. Lo que sí sabe muy bien es donde las enterró.
“Aunque dice estar arrepentido, sus palabras no suenan sinceras ni muestra el menor remordimiento”, afirma el medio.