Carol Cifuentes
“ Olvidarse del metro. Bogotá ya es muy grande para un metro subterráneo. Hay mucho imprevisto debajo de la tierra, caso de la calle 94. Y un metro arriba de tanto puente es como coger Google Maps y pintar el metro. Necesitamos muchas líneas para evacuar a tanta gente. También le propongo chatarrizar, aunque sé que eso no depende de él, pico y placa todo el día y educación ciudadana”.
Camilo Rahirant
“Si Bogotá le apostó a los buses, por qué no aprovechar y hacer el metro subterráneo. Que lo piense”.
Hernán Gómez
“Que chatarrice del 80 para atrás, tanto carro y menos viejeras son buenas para la movilidad de la ciudad”.
Hablar del metro a estas alturas de la vida es como comentar una de esas películas en donde los protagonistas encuentran el amor verdadero y viven felices para siempre. Es un tema álgido, que despierta un alter ego agresivo y que para muchos no será realidad.
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Y es que desde hace 50 años se está hablando del metro, no importa si es elevado o subterráneo, pero a la hora de la verdad el tema ha quedado en el tintero por décadas y los bogotanos se desinflan cada vez que hay un avance, pero dos retrocesos a la vez.
Sin embargo, el alcalde Enrique Peñalosa anunció la semana pasada la creación de la Empresa Metro, luego de que la medida se apruebe en el concejo, para iniciar con la obra en el 2018. ¿Una luz al final del túnel?.
Lo cierto es que debemos esperar hasta dentro de dos años que inicie la construcción si todo sigue como va y no se presenta ningún problema. Además, el mandatario ha dicho que el metro elevado es lo mejor para la ciudad, en cuanto a costos y espacio; así como su comitiva, quien lo respalda a ‘capa y espada’.
Pero, ¿qué piensan los bogotanos?, ¿los ciudadanos de a pie?, los que en un futuro cercano tendrían una relación de película al mejor estilo de comedia romántica en teoría, ¿cómo se imaginan la ciudad con un metro elevado?. Pues bien, sin importar si son “peñalosistas”, “petristas” o afines a algún partido político, los consultados tienen dos temas en común que les preocupa: la falta de seguridad y cultura ciudadana.
“Creo que con el metro elevado la ciudad se vería fea, sería como son los puentes actualmente: orinales para los habitantes de la calle y zonas llenas de grafitis mal hechos. ¿Se imagina el metro elevado encima de los puentes de la Auto Norte con calle 92?, sería un caos”, comentó Carol Cifuentes, quien votó por Peñalosa y le pide que se olvide de esa idea del metro, pues considera que no es la solución adecuada para la movilidad de la ciudad.
Minci Cristancho, quien se mueve por la ciudad en SITP, está de acuerdo en que el metro elevado fomentaría el desorden. Eso sí, la inseguridad es un tema que le preocupa “porque si acá son ingeniosos para lo malo en TransMilenio, no me imagino en un metro elevado. Además necesitaríamos clases intensivas de cultura ciudadana porque si nos comparamos con ciudades como Sidney, dejamos mucho que desear”.
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Una de las primeras decisiones de Peñalosa fue reubicar a los vendedores ambulantes que estaban en zonas como la Avenida Chile, lo que se espera mantenga hasta que se construya el tan anhelado metro elevado.
Eso sí, además de esto hay otros factores que juegan un papel importante para que el sistema funcione y puede que en el papel lo haga muy bien, pero a la hora de la práctica tendríamos que ver.
Así lo ve Jaime Rúa, a quien la idea de un metro elevado no le es tan descabellada, aunque tiene un pero: “podría ser una muy buena opción de movilidad; sin embargo por el historial administrativo que tenemos en Bogotá, los alcaldes de turno no tienen una continuidad de estos proyectos, por lo tanto el metro elevado sería otra opción de transporte con sobrecupo, colados, venta de ‘chicle, maní, caramelos’, historias de vida por $200 y uno que otro orinal en movimiento”, comentó.
Hay que dejar claro que estos bogotanos creen que el tema de la inseguridad se trasladaría de las calles, o del mismo TransMilenio, a las estaciones del metro y el ‘cosquilleo’, práctica que muchos quisieran erradicar, sería el mismo pero en otro contexto.
Para Enith Tatiana todo depende de la construcion, “si lo hacen con muro como en ciudades de Brasil terrible porque se tiene un foco de inseguridad. Se divide la ciudad. En cambio si es por columna, como los de EE.UU, es muy bueno y bienvenido sea”, comenta.
Lo cierto es que la mayoría coincide en que el metro es necesario, mejoraría la movilidad de Bogotá si también se plantean otros sistemas como el tren de cercanías. Insisten en que Peñalosa debería olvidarse del metro elevado si no queda bien hecho y convierte a la ciudad en una de las más peligrosas.
PUB/PL
